Yo decreto: que vienen años de abundancia para tu vida, tu familia y para toda la nación, bla, bla, bla, bla.
¿Y quién soy yo para decretar?
¿Soy un emperador, o un presidente de alguna república o me creo un "dios" con poder para "crear" o hacer que sucedan eventos?
Se da cuenta que las enseñanzas de la confesión positiva (esas del yo declaro, yo decreto, yo y yo y mas yo... ) en el fondo son una sutil arrogancia, es el ego del hombre creyéndose un dios.
Por mas que se desee aparentar que tales practicas son cristianas, el hecho es, que la confesión positiva es metafísica, es brujería oriental, que nada tiene que ver con la Biblia.
Ni el Señor Jesucristo, ni los apóstoles enseñaron esas doctrinas ajenas a la Biblia que en realidad son doctrinas de demonios.
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