Amar con Alma, corazón y fuerza

Deuteronomio 6:5 “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.”

Veamos estas tres palabras asociadas con el verbo amar:

Las usamos cuando le confesamos, o declaramos o le decimos a una novia a una esposa a una madre o un hijo/a, (y porqué no a un padre?)

Corazón:
Te quiero con todo mi corazón.

Alma: Asociada con amor o dolor.
Te quiero con toda mi alma.
Eso que hicistes me dolió en el alma.
O me heristes/partistes el alma cuando te fuistes.

Fuerzas:
Te amo con todas mis fuerzas.
Tu amor me da fuerzas para vivir.

Hay una frase similar en una canción, que no es de mi tiempo, que se llama:

Alma, Corazón y Vida

En el coro de la canción dice:

Como no tengo fortuna, estas tres cosas te ofrezco, alma, corazón y vida nada
mas..
Alma: para conquistarte
Corazón: para quererte
Y Vida para vivirla junto a ti…

Esta asociada a una novia/o, en donde le dice que la va a conquistar con toda su alma, que la va a querer con todo su corazón y que su vida la va a dedicar a ella.

Pero está asociada a un amor físico, carnal a una novia/o, esposo/a.

Vamos a tener nuestra reflexión esta mañana sobre estas tres palabras, para ver la forma como debemos amar a Dios.

Estas 3 cosas denotan:
Alma: Voluntad/empeño
Voy a poner toda mi alma en este trabajo.

Corazon: Entendimiento
Yo siento en mi corazon tal o cual cosa.

Fuerza: energía
Voy a estudiar fuertemente para el examen.

En Resumen:
Corazón: entendimiento
Alma: Voluntad/empeño
Fuerza: Energía.

Ahora construyamos en un lenguaje mas sencillo este versículo:

“Amarás a Jehová tu Dios, con todo tu entendimiento, con toda tu voluntad/empeño y con todas tus energías.”

Pero estamos haciendo esto?
1.- Amar a Dios con todo nuestro entendimiento
Esto indica leer su palabra, oirla, meditarle, pedir sabiduría al Espíritu Santo para comprender su palabra, ponerla por obras.

Estamos amando a Dios con nuestro entendimiento?
Si decimos que Si, es porque entendemos su palabra y por obediencia y temor a El, es que la debemos poner por obra.

Si entendemos la palabra y seguimos pecando o haciendo cosas que no le agradan a Dios, no lo estamos amando con nuestro entendimiento o de todo corazón.

2.- Amar a Dios con toda nuestra voluntad/empeño
La palabra voluntad la podemos ver en el siguiente ejemplo.

Juan tiene voluntad de dejar de fumar pero solo no puede.
María tiene voluntad de bajar de peso pero no disminuye la dieta.
Este año Julio tiene voluntad de ser mejor alumno, pero mira mucha TV.

Vemos que voluntad es un propósito, es una dedicación, determinación o un empeño.

Por eso si alguien tiene la voluntad de hacer o ya no hacer algo, tiene que dedicarse más o poner más empeño en determinado asunto.

3.- Amar a Dios con todas nuestras fuerzas
Mencionábamos la frase de amor: Te amo con todas mis fuerzas, o tu eres la que me da fuerzas para vivir.

Pero donde dejamos la fuerza que debemos de tener para vivir para Dios, para amarlo con todas nuestras fuerzas?

Significa que pasamos un tiempo a diario, y nos esforzamos avanzando en cumplir su palabra.

Si en ocasiones no tenemos la voluntad para leer al menos un versículo por la mañana, o la voluntad para meditar en El, o no tenemos ni las fuerzas para levantarnos, o no nos esforzamos a levantarnos con energía, a pesar de las dificultades, estorbos que nos ponga el enemigo, que a veces sentimos tan rica la sábana en la mañana (especialmente los Domingos).

Ejemplo del Salmón
Vamos a ver en particular un pez como es el Salmón, que si tiene todas las fuerzas, voluntad y empeño para procrearse.

Tienen una característica: Vuelven al mismo lugar donde desovaron sus padres. Y nadan incluso contra corriente, no comen mientras van al lugar a desovar ni mientras se aparean.

Luchan contra las corrientes, en el camino son presa de osos, incluso del ser humano, etc.

Pero no descansan hasta llegar al punto donde desovaron sus padres, el macho lucha hasta las ultimas fuerzas para conseguir pareja, cuando fecundan los huevos, y los entierran, ya termina la misión de los salmones que quedan sin fuerzas esperando la muerte.

Pero que tienen los salmones: voluntad, empeño, persistencia, y sobre todos ponen hasta lo último de sus fuerzas para lograr reproducirse.

El salmón logra de esta manera que no se extinga su especie, en otras palabras logra la salvación de su especie.

Al igual que el salmón, nosotros debemos de andar contra la corriente del mundo, debemos ser diferentes a lo que hace el mundo, para lograr nuestra salvación.

Efesios 2:1-3 “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, 3 entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.”

Vemos en esta lectura que cuando no conocemos a Dios, estamos como decimos “muertos en vida”, porque nuestros delitos y pecados nos llevarán a la muerte.

En el versículo 2, nos dice que los “muertos en vida”, son los que siguen la corriente de este mundo.

En otras palabras no debemos de seguir la corriente de este mundo, sino más bien debemos de andar “contra la corriente”, o sea “no seguir” la corriente de este mundo indica estar en contra de la corriente de este mundo.

Aunque los jóvenes vean a otros que andan en carnaval, en prácticas no cristianas, o incluso en las tradiciones que nos dejaron los españoles como la del 14 de agosto, que muchos de nosotros participamos, cuando no conocíamos la palabra de Dios, cuando por costumbre seguíamos la corriente de este mundo.

Que hicimos nosotros ayer?
No salimos, pasamos en la casa jugando, gozando, mi hija puso alabanzas en tono bajo, (para no causar polémicas).

Mis hijos ya saben que en ese día no participamos de las cosas del mundo.

Cuando estaban más pequeños o nosotros no conocíamos de Dios, había pólvora a montones, licor, fiestas, etc. Estábamos atrapados por las costumbres del mundo.

Gál 4:3 “Así también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo.”

Ayer que fuimos donde mi mamá, vimos un lugar donde normalmente venden licor que estaban celebrando la purísima, así igual vimos un local donde se congrega una iglesia (que no es católica), que también celebraban la purísima.

Aunque nos digan que somos aburridos, los marcianos, los extraterrestres, los panderetas, que solo tenemos una novia o una esposa, (para emparejar el tema, en otros casos un novio o un esposa), que no bebemos, que no bailamos pegado, que ya no contamos chiles picantes, que no andamos en cosas malas, en malos negocios o negocios turbios, etc.

Porque ya conocemos el final que nos espera si no obedecemos la palabra de Dios.

Sigamos con el tema de amar a Dios:
Lucas 10:25-27 “Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna? 26 El le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees? 27 Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.”

Vemos que en esta lectura, se notan cuatro características para amar a Dios:

Corazón
Alma
Fuerza
Mente

Si mencionábamos que corazón equivale a entendimiento, ahora nos dice la palabra que lo amemos con toda nuestra mente.

O en lenguaje de los jóvenes, que le pongamos “mente” a la forma como debemos amar a Dios.

Vemos ahora separados corazón y la mente.

En el mundo se oye esta frase: “Mente fría y corazón caliente”

Esto es un refrán que expresa que tomemos decisiones meditadas, pensadas, reflexionadas con nuestra mente, pero que actuemos con un corazón bondadoso.

Cuando estamos en la presencia de nuestro Señor Jesús o ante la presencia del Espíritu Santo, al igual que los apóstoles vamos a sentir una especie de ardor en nuestros corazones.

Lucas 24:32 “Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?”

Esto sintieron los apóstoles a los que se le apareció Jesús, al que de inmediato no lo conocieron sino hasta mas tarde.

Así tenemos que andar en nuestra relación con Jesús, a pesar de cualquier dificultad o dolencia, que lo amemos con todas nuestra mente, o raciocinio, conocedores de su palabra y que su presencia nos dé esa sencación de “calor” en nuestros corazones.

Mateo 22:37-39 “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”

Aquí en este versículo notamos que los fariseos, intentaban tentar a Jesús, por eso vamos a ver que no menciona Jesús amar a Dios con todas nuestras fuerzas, pero le incluye algo mas para que nosotros aprendamos que este segundo mandamiento, Jesús dice que es semejante al primero.

En otras palabras, Jesús nos indica que de forma semejante al amor a Dios, debemos tener nosotros un amor a nuestro prójimo.

Imaginemos que cuando vayamos a dar cuentas, tenemos dos preguntas que responder:

a.- Amastes a Dios con todo tu corazon, con tu alma con toda tu mente? SI

b.- Amastes a tu prójimo? Si, al que me caía bien. Pero a tu enemigo o el mal vecino? Bueno, un poco pero no tanto.

Veamos que dice la Biblia al respecto
1 Juan 4:19-21 “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero. 20 Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? 21 Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano.”

El término hermano no solo se refiere al hermano por parte de padres, sino al hermano de la iglesia.

En algunas familias existen hermanos que no se hablan, y a veces hasta en las mismas iglesia no podemos solo amar a un hermano y al otro no.

No podemos hacer acepción de personas, porque Dios no hace acepción de personas.

Entonces si decimos amar a Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con todas nuestras fuerzas y con toda nuestra mente, sin lugar a dudas que por naturaleza o de forma natural o espontánea vamos a amar a nuestro prójimo. Sea quien sea.

Volvamos a Mateo 22
Mateo 22:40 “De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.”

Vemos que no dice que sólo de un mandamiento depende la ley y los profetas, sino que dice de estos “dos mandamientos” depende la ley.

En otras palabras no basta sabernos toda la ley o gran parte de la biblia sino ponemos en práctica estos dos mandamientos.

Quien es nuestro prójimo: el mas cercano. Viene derivado del griego “pélas”, que significa: cerca, vecino, compañero, paisano, persona cristiana, amigo.

En mi caso mi prójima mas próxima o más cercana, es mi esposa, luego los siguientes mas cercanos son mis hijos, mi familia, mis vecionos, mis compañeros de trabajo, etc.

Y en estos dos versículos vemos un orden que Dios nos da:

1ro. Dios
2do. Mi esposa/o
3ro. Mis hijos/familia/suegros
4to. La iglesia

No puedo decir que amo a Dios si no amo a mi esposa/o, a mis hijos/familia/suegros, o a los hermanos de la iglesia.

No se puede invertir este orden.

Si alguien es bien dulce con todos los de la iglesia, pero es un limón agrio con la familia, hijos o esposa/o, como puede tener amor a Dios?.

Ahora vemos que debemos amar a Dios con todo nuestro corazón, toda nuestra alma, toda nuestras fuerzas y toda nuestra mente.

No solo es decir te amo, Dios y ya. Como cuando una novia/o, esposa/o le pregunta a su pareja: Vos me querés? Y la respuesta a veces es: Si, si ya sabes, ya te lo he dicho.

Ej. Como se nota que una novia/o o una esposa/o ama a su pareja:

Le hace regalos caros? No.
Le compra ropa de marca o tipo fashion? No.
Le manda una serenata cuando estan peleados? No

Se nota con los hechos, con el trato, con sus gestos, es atento/a.

Le dedica tiempo, es fino, no provoca peleas (o son discusiones menores).

La gente dice: Se le ve en la cara que lo/la quiere.

El amor que no es real, se nota totalmente. Cuando el amor es fingido o es para propaganda o publicidad, para que la gente diga que lo/la quiere, y luego en la casa se arma el escándalo, o se lo/la come como dicen.

Fijense que no menciono en esta frase a un padre o una madre, que por lo general casi nunca (o nunca) le preguntan a un hijo si este lo quiere, porque el amor de los padres, (especialmente el de la madre), es el que más se acerca al amor de Dios.

Así igual debe ser nuestro amor para con Dios, que se note, (como se nota cuando alguien está enamorado de otro/a), asi debe ser para con Dios, que se note que lo amamos.

Que se nos note en la cara, a pesar de andar con problemas de cualquier tipo.

Cuando en realidad amamos a Dios y no es amor fingido, de forma espontánea Dios va a poner amor en nuestros corazones, para nuestra esposa/o, hijos, familia, suegra, iglesia, vecinos.

Que se note que este amor sea real.

1 Pedro 1:22 “Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro;”

No debemos decir que amamos a Dios, esposa/o, hijos familia, de forma fingida para que nos vean, sino que debemos de amar con un corazón puro.

1Juan 4:7-10 “Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. 8 El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. 9 En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. 10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.”

Debemos de amar a Dios por lo que El hizo, amarlo en las 4 formas que hemos visto, las que se deben ver en nuestro rostro, reflejarlo y mostrarlo a otros.

De igual forma amar a nuestro prójimo aunque no nos trate de igual forma.

Definición del amor
1Corintios 13:4-7 “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.”

Resumen: El que ama

Es Sufrido
Es benigno
No es envidioso
No se jacta
No se envanece
No hace nada indebido
No es egoista
No se irrita
No guarda rencor
No se goza de la injusticia (Se goza de la verdad)
Todo lo sufre
Todo lo cree
Todo lo espera
Todo lo soporta

Así es como debemos de amar, para poder reflejar el amor de Dios en nosotros.

Que Dios los bendiga y los guarde.

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Que Dios te bendiga y te guarde