La Santificación

Romanos 6:19 Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.

Iniquidad: maldad, pecado

Santificación: pureza, purificación.

Éxodo 13:1-2 Jehová habló a Moisés, diciendo: 2 Conságrame todo primogénito. Cualquiera que abre matriz entre los hijos de Israel, así de los hombres como de los animales, mío es.

Consagrar, santificar, apartar de un uso común para un uso sagrado.

Consagrar: cadash : apartar, celebrar, consagrar, dedicar, preparar, prometer, purificar, santificar, santo, señalar.

Esto es lo que le dijo Moisés, que todo primogénito tanto de hombre o de animal debería ser consagrado, apartado, purificado, señalado para el servicio a Dios.

De manera que podemos decir que su significado es: ser puesto aparte, separado, para pertenecer a otro.

Según el diccionario, dice que santificación es:
1.- Declarar la Iglesia santa a una persona.
2.- Consagrar o dedicar algo a Dios.
3.- Reconocer a quien es santo, honrándolo y sirviéndolo como a tal.

Esto solo es bíblico, lo que se refiere a consagrar o dedicar algo a Dios.

En los tiempos de Moisés, todo primogénito entre los hijos de Israel era dedicado para Dios, ya que ha sido puesto aparte para Él.

Le pertenecen a Dios.

Así, se confirma que el significado de santificación es ser puesto aparte para Dios.



Se puede santificar algunas cosas
Además de santificar o separar al primogénito para Dios, en el Antiguo Testamento vamos a ver que se podían santificar ciertas cosas

Levíticos 27:14 Cuando alguno dedicare su casa consagrándola a Jehová, la valorará el sacerdote, sea buena o sea mala; según la valorare el sacerdote, así quedará.

Ejemplo: Esta lugar donde nos congregamos, está consagrado para Dios. Es una Iglesia de Cristo.

consagrada=dedicada=apartada.

En otras partes de la biblia, podemos encontrar que algunos utensilios de valor tomados de la victoria en las guerras, era también ofrecido para Dios.

En el nuevo testamento, vamos a encontrar un nuevo concepto de santificación: En nuestro Señor Jesucristo.

Porque nuestro Señor Jesucristo, desde su nacimiento es llamado “santo” por el ángel anuncia el nacimiento del mesías.

Lucas 1:35 Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.

Nuestro Señor Jesucristo también lo dijo a los fariseos
Juan 10:36 ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?

Entre los discípulos habían santos
Cuando la conversión de Saulo, en Hechos Cap.9, vamos a observar que en Jerusalén habían santos, pero no con la concepción que la tradición nos ha hecho creer.

Hechos 9:13 Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén;

Estos santos en Jerusalén, eran personas santificadas=apartadas, para el servicio de Dios.

Cuando estaba en la tierra el Señor Jesús preguntó a los fariseos: Mateo 23;19 ¿Qué es mayor, la ofrenda, o el altar que santifica la ofrenda?

No es la ofrenda lo que santifica el altar, sino que es el altar lo que santifica a la ofrenda.

Al colocarla sobre el altar, una persona declara que aquel don pertenece a Dios, para su obra, para llevar la palabra de aliento, de consuelo, de exhortación, a otros, para ayudarnos unos a otros en nuestras necesidades.

Antes de ser ofrecido sobre el altar le pertenecía al que dio la ofrenda, pero después de haberlo ofrecido pertenece a Dios.

Otras formas de santificación
Vamos a ver en el Nuevo Testamento, en donde un marido no creyente es santificado por medio de la esposa creyente, y que una esposa no creyente es santificada por medio del esposo creyente, y que los hijos no creyentes son hechos santos por los padres creyentes.

1Corintios 7:14 Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos.

Esto nos indica, que cuando se refiere a la mujer, al hombre o a los padres creyentes y que por medio de ellos, se santifica al esposa, esposa o los hijos, no quiere decir que “literalmente”, con solo que la mujer, el hombre o los padres sean creyentes ya la otra parte ya cambió, ya es santa. Cuando en la práctica podemos ver que esa otra parte no cambia.

Recordemos que santificados, significa que serán apartados, que serán dedicados para Dios.

Aunque en estos momentos lo vemos como algo imposible.

Esto no quiere decir, que tanto el hombre, mujer o hijos incrédulos, ya la tienen ganada como decimos en Nicaragua, porque alguien de la familia es creyente. Sino que es una promesa para nosotros que si perseveramos en su palabra esta es la recompensa que vamos a obtener.

Incluso algunos pueden pensar en el otro significado de santidad, cuando puedan ver en nosotros que podemos defendernos de alguna amenaza, o algunas veces podamos airarnos o disgustarnos por algo.

La santidad hacia Dios
Cada cristiano, en el momento en que recibe al Señor, no sólo recibe el perdón de sus pecados y es justificado, sino que también es santificado delante de Dios.

Apolipsis 22:11-12 El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía. 12 He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.

Dios es santo
Hebreos 12:14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.

Sin santidad el hombre no podrá ver a Dios, tener comunión con Él u orar ante Él.

Sin perdón de los pecados no es posible ser salvo.

Veamos la 1ra Carta a los Corintios
Pablo escribió a los corintios, que eran santificados en Cristo y llamados a ser santos.

1 Corintios 1:2 A la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro.

Lo que dice esta palabra que en el mundo hay muchos “santos”, que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

No se refiere como dice el diccionario que debemos guardarle honra y servirle.

Nuestra santificación nos viene por medio del Señor Jesucristo que nos unió a Él en su muerte.

Debemos de buscar el camino de santidad
Isaías 35:4-8 Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará. 5 Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. 6 Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad. 7 El lugar seco se convertirá en estanque, y el sequedal en manaderos de aguas; en la morada de chacales, en su guarida, será lugar de cañas y juncos. 8 Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasará inmundo por él, sino que él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará.

Esta promesa es para todos nosotros.

Todos los que busquemos el camino de santidad, vamos a tener recompensas, esta lectura nos contrasta lo que vamos a recibir con sanidades, vamos a saciar nuestra sed, no habrá maldad representada por los chacales.

Este Camino de Santidad (en mayúsculas), también en otras traducciones lo mencionan como Camino Sagrado.

Ninguna cosa impura andará por ese camino.

Justificación y Santidad
Cuando el hombre pecador, se convierte a Jesucristo y deja atrás todos sus pecados y experimenta una transformación radical, como lo es el nacer de nuevo, y es justificado en el nombre de Jesucristo.

Justificado: como cuando los padres envian una carta al colegio para solicitar que una ausencia sea justificada justificada.

1Corintios 6:11 Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.

En esta lectura también nos dice que hemos sido santificados en el nombre de Jesucristo.

Y debemos de tomar esta palabra como nuestra.

Es más fácil que un creyente diga que ya está justificado por la sangre de nuestro Señor Jesucristo, pero puede parecer difícil que alguien diga que ya es santificado.

Porque nos viene a la mente el significado que la tradición nos ha dejado grabado, que los santos son los que están en el cielo o son los que tienen imágenes que se “veneran” no se adoran.

Sin embargo, la Biblia dice que ya somos santos, que ya hemos sido santificados.

Esto es ya estamos apartados para Dios, ya estamos santificados, no indica que andamos una aureola en la cabeza.

Hebros 10:10 En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.

Nuestra santificación se basa en el hecho de que el Señor Jesucristo ofreció su propio cuerpo. Lo hizo una vez y el acto fue consumado para siempre:

Hebreos 10:14 porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.

Nuestra santificación es debida exclusivamente a Cristo, de modo que es eterna y perfecta.

Algunas personas temen acercarse a Dios porque tienen siempre un sentimiento de su impureza.

Verdaderamente, somos impuros y podemos fácilmente ser contaminados y ser infieles; sin embargo, somos santos a causa de Cristo, y no por nuestras propias obras.

Porque con una sola ofrenda somos santificados para siempre.

Frutos de santificación
1Pedro 1:15-16 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo

Santos solo el Domingo, y el resto de la semana qué?
¿Cómo podemos afirmar que somos santos delante de Dios si no lo somos delante de los hombres?

Debemos mostrar en nuestras vidas que somos un pueblo santo, puesto aparte para Dios.

Romanos 6:22 Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.

Esto obtendremos si nuestros fruto es llevar una vida santa: la vida eterna.





La santificación debe ser nuestra vida diaria
Debemos examinar diariamente nuestras obras a la verdad de Dios y desprendernos de todo lo que deshonra a Dios, para que podamos ser limpiados.

Esto ha de ser una tarea progresiva, realizada día tras día, no algo, que podemos considerar ya realizado una vez por todas.

Nación santa
1Pedro 2:9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; 10 vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.

Esta lectura por su gran contenido impactante, causa euforia en muchas iglesias, hay amenes, aleluyas, gloria a Dios, pero en muchos casos solo es momentáneo, porque en realidad estamos viviendo en “una santa manera de vivir”

Como podemos ser linaje escogido, o llevar un sacerdocio real, ser una nación santa o pueblo adquirido por Dios, sino llevamos una vida en santidad, sino damos frutos de santidad?

Debemos llevar una buena manera de vivir
1Pedro 2:11-12 Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, 12 manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.

Que Dios te bendiga y te guarde


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