Mateo 13:44 El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo, que al encontrarlo un hombre, lo vuelve a esconder, y de alegría por ello, va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo.
En esta mañana vamos a reflexionar sobre el tema de un tesoro escondido, en donde vemos que cuando este hombre lo descubre, lo vuelve a esconder y se va vende todo, busca al dueño hasta que compra ese terreno.
Porqué lo hace?
Lo hace porque ese tesoro que encontró tiene más valor que todas las cosas materiales que el tiene.
Veamos un ejemplo, si en un terreno baldío descubrimos un tesoro en un baúl y vemos que está lleno de monedas de oro, joyas, anillos, diamantes monedas de oro, etc. Y lo volvemos a cerrar y para comprobar hacemos otro hoyo y encontramos muchos baúles iguales de llenos con tesoro, que haríamos si sabemos que el dueño está necesitado o no tiene mucho dinero?
Pues que venderíamos todos lo que tenemos hasta comprar ese terreno que nos hará tener gran fortuna.
Vamos a recordar unos juegos de nuestra infancia, que nos ayudarán para darnos una idea del sentido del tema de hoy.
El cero escondido
Consistía en que un participante contaba en voz alta de 1 a 20 o 1 a 50, según como lo establecían, mientas el resto se escondía. Al terminar la cuenta comenzaba a buscar a cada uno de sus amigos hasta encontrarlos y tocarlos, entonces a este le tocaba el turno de contar nuevamente.
Había otro juego que se llamaba: Frio y caliente
Consistía en que uno de los participantes escondía un objeto, mientras los otros estaban en otra habitación o lugar, cuando ya avisaba que estaba listo, todos empezaban a buscar el objeto y la persona que se fuera acercando o alejando se decía mientas mas cerca caliente y mientras mas lago frio, de forma que mientras mas cerca se decie caliente, caliente y mientras mas largo frio frio.
Incluso cuando nuestros padres nos llamaban para la cena en plena duración del juego, nos molestábamos porque como todo niño tiene pasión por jugar con sus amigos.
Había otro sin número de juegos, que ahora no existen, que solo voy a mencionarlos: El macho parado, matatiru tirulai, los colores, la cebollita, la mancha que era un juego de trompos, (la mancha brava con trompo perdido o a los secos), etc.
En ese tiempo no había internet, no había celulares, solo habían en algunas casas TV y blanco y negro con 2 o 3 canales.
Sobre el sentido de la parábola del tesoro escondido
El sentido de esta parábola no significa que alcanzar el reino de los cielos, significa que vamos a tener una gran fortuna, porque ese no es el fin de alcanzar el reino de los cielos, sino que nuestro Señor Jesucristo, para que podamos entenderlo lo relaciona con cosas materiales, que por lo general son las cosas que nos atraen, que nos llaman la atención o que le damos un gran valor.
El sentido de esta parábola no es literal.
No es para enriquecernos.
No es para que vendamos todo lo que tengamos y lo traigamos a la iglesia. Que vendamos casa, carro, etc, para traer ofrenda al altar.
Esto lo que se llama es estafa, robo de quien lo predica.
Alcanzar el reino de los cielos no es para enriquecernos materialmente, no es para pensar que vamos a obtener un tesoro escondido o ser millonarios.
Veamos lo que dice la Biblia:
Esta lectura nos indica que si solo nos enfocamos en las riquezas y nos jactamos de que no tenemos necesidad de nada, desde ese momento estamos apartando a Dios de nuestras vidas, y lo que nos convierte más bien en pobres, y aun más en ciegos y desnudos, antes los ojos de Dios.
Continuemos con la lectura inicial
La perla de gran precio
En esta parábola nos indica a otro hombre que es vendedor de perlas y en cierta ocasión se encontró una que era tan valiosa que hasta vendió todo lo que tenía y la compró.
La compró para tenerla, para quedarse con ella.
Nuevamente vemos que hace una comparación con algo de mucho valor para nosotros, y como lo de mucho valor solo tiene que ver con cosas materiales, esta parábola usa este aspecto para que podamos nosotros comprenderla.
Porque lo que nos dice que alcanzar el reino de los cielos debemos hacerlo con el mismo valor y afán que el hombre de la parábola que igual vende todo para comprar la perla preciosa.
Pero sabemos que el reino de los cielos no se obtiene con cosas materiales, el reino de los cielos no se compra.
El tesoro físico de mayor valor que tenemos nosotros es la palabra de Dios.
La palabra de Dios es la que nos dan testimonio de Jesucristo y por medio de Jesucristo obtener la vida eterna.
Cuando dice la palabra para que tengáis vida, no significa que no vamos a morir, que no vamos a enfermarnos, significa que vamos a alcanzar por medio de ella la vida eterna.
Por eso la palabra de Dios debe ser para nosotros como el tesoro escondido, como la perla de gran valor.
Sigamos con el tema central
La red
Esta palabra también nos dice como es semejante el reino de los cielos pero en este caso hay una diferencia.
No se trata ahora de vender todo lo que tengamos para comprar algo de mucho valor.
Lo que nos dice que así como los pecadores al traer a tierra la red recogen toda clase de peces, solo escogen lo que sirve para la venta para alimento, y el resto lo tiran porque no sirve ni para venta ni para comida.
Esto lo hemos visto en las costas del mar, cuando llegan los pescadores, llegan también los compradores y lo primero que se llevan son los de mejor precio o mas buscados como el pargo, curvina, y dejan a un lado los peces sapos, los tiburones pequeños, algunas rayas, lo a veces otras personas buscan pero en menor cantidad, y al final lo que nadie compra ni sirve para comer lo dejan en la costa, que se los coman los animales.
De igual forma va a pasar con nosotros cuando seamos llamados por Dios.
Si somos semejantes a los peces que no sirven para alimento ni para la venta, vamos a ser arrojados al lago de fuego, al infierno, donde la llama no se paga, donde será el llorar y crujir de dientes, donde el gusano no muere.
Otra parábola similar: Tesoros nuevos y viejos
Nuestro Señor Jesucristo les acababa de leer 3 parábolas a sus seguidores:
La parábola del tesoro escondido.
La parábola de la perla de gran precio.
La parábola de la red.
Y por eso les pregunta? Entendieron lo que dije?
Y ellos le dicen que Si.
De igual manera debemos hacernos nosotros esta pregunta:
Entendimos las tres parábolas?
Si no le entendimos debemos volver a releerlas hasta que el Espíritu Santo nos dé discernimiento, para comprender que no se trata literalmente de valores materiales.
Dice la lectura que si le entendimos, el reino de los cielos es semejante a un tesoro donde hay cosas nuevas y cosas viejas.
Veamos un ejemplo
En el patio de la casa, nos encontramos un tesoro en un baúl, que pertenecía a mi bisabuelo, donde vienen muchos objetos entre ellos:
Joyas
Anillos
Perlas
Monedas de Oro
Turbante
Teléfono de 1980 de disco
Traje de novia de mi bisabuela
Un VHS
Una cámara de video de cuerda
Quien va a querer el turbante?
O el teléfono de disco de los 80?
Que hacemos con el traje de novia de mi bisabuela, VHS, o cámara de video de cuerda?
Nadie los va a querer?
Nadie, porque no tienen ningún valor, lo vamos a regalar o tirar a la basura.
De igual forma si lo entendimos, así de igual forma es parecido el reino de los cielos.
Sobre el Juego de niños
Se acuerdan que hablamos de los juegos de niños, del cero escondido, de frío y caliente.
En la biblia vamos a leer una lectura que asocia tanto las cosas materiales como la indecisión que podamos tener si no buscamos realmente el reino de Dios, si estamos jugando a la “iglesita”, o al “cristianito”.
Porque una cosa podemos ser en la iglesia, y otra en el centro de trabajo en donde nuestro actuar nuestro vocabulario, está más alejado, más frio, de que alguien piense que somos cristianos.
Se acuerdan que leímos Apocalipsis 3:17?
vamos ahora a leer los versículos anteriores, para tener una mayor comprensión:
Dios prefiere que nos decidamos.
Que seamos fríos o calientes, pero si somos tibios nos va a rechazar, nos va a vomitar.
Así como nadie se bebe una gaseosa caliente, ni un café negro helado, o una sopa helada, así de igual forma vamos a ser vomitados por Dios, por no ser ni fríos ni calientes.
Dice la palabra de Dios, que Dios conoce nuestras obras.
Por nuestras obras vamos a mostrar si somos fríos o calientes.
El reino de Dios no significa promesas materiales
La promesa es que vamos a ser ricos en fe y vamos a heredar el reino de los cielos.
Esto totalmente contrario a los que predicadores de la llamada "doctrina" de la prosperidad que pasa durante todo el día por TV, ofreciendo como los productos de Televentas, que corras al teléfono para conseguir de Dios solo beneficios materiales, como mayor salario, nuevo empleo, nuevos y mayores negocios, conseguir visa, resolver problemas migratorios, pactar por ti mismo, si ya pactastes por ti, entonces te dicen por tus padres, por tus abuelos, hijos, etc.
En fin que pactes por lo que quieras conseguir de Dios, a través de una fe que culmina en al "altar" lo que significa que deposites en unas cuentas de banco que te indican en una cinta de texto en el TV.
Pero vemos que la palabra de Dios nos dice, que Dios escogió a los pobres de este mundo para que sean ricos en fe y herederos del reino de Dios.
Estos predicadores leen este versículo así: Dios ha elegido a los pobres de este mundo para que sean ricos.
Hasta ahí leen. Para atrapar a los que puedan con su palabrería.
El tesoro de mayor valor es alcanzar la salvación, alcanzar el reino de Dios, que por medio de la muerte de Jesucristo nos abre camino para llegar a nuestra Padre Celestial.
No se refiere a tesoros o promesas materiales solamente.
Que Dios te bendiga y te guarde.
En esta mañana vamos a reflexionar sobre el tema de un tesoro escondido, en donde vemos que cuando este hombre lo descubre, lo vuelve a esconder y se va vende todo, busca al dueño hasta que compra ese terreno.
Porqué lo hace?
Lo hace porque ese tesoro que encontró tiene más valor que todas las cosas materiales que el tiene.
Veamos un ejemplo, si en un terreno baldío descubrimos un tesoro en un baúl y vemos que está lleno de monedas de oro, joyas, anillos, diamantes monedas de oro, etc. Y lo volvemos a cerrar y para comprobar hacemos otro hoyo y encontramos muchos baúles iguales de llenos con tesoro, que haríamos si sabemos que el dueño está necesitado o no tiene mucho dinero?
Pues que venderíamos todos lo que tenemos hasta comprar ese terreno que nos hará tener gran fortuna.
Vamos a recordar unos juegos de nuestra infancia, que nos ayudarán para darnos una idea del sentido del tema de hoy.
El cero escondido
Consistía en que un participante contaba en voz alta de 1 a 20 o 1 a 50, según como lo establecían, mientas el resto se escondía. Al terminar la cuenta comenzaba a buscar a cada uno de sus amigos hasta encontrarlos y tocarlos, entonces a este le tocaba el turno de contar nuevamente.
Había otro juego que se llamaba: Frio y caliente
Consistía en que uno de los participantes escondía un objeto, mientras los otros estaban en otra habitación o lugar, cuando ya avisaba que estaba listo, todos empezaban a buscar el objeto y la persona que se fuera acercando o alejando se decía mientas mas cerca caliente y mientras mas lago frio, de forma que mientras mas cerca se decie caliente, caliente y mientras mas largo frio frio.
Incluso cuando nuestros padres nos llamaban para la cena en plena duración del juego, nos molestábamos porque como todo niño tiene pasión por jugar con sus amigos.
En ese tiempo no había internet, no había celulares, solo habían en algunas casas TV y blanco y negro con 2 o 3 canales.
Sobre el sentido de la parábola del tesoro escondido
El sentido de esta parábola no significa que alcanzar el reino de los cielos, significa que vamos a tener una gran fortuna, porque ese no es el fin de alcanzar el reino de los cielos, sino que nuestro Señor Jesucristo, para que podamos entenderlo lo relaciona con cosas materiales, que por lo general son las cosas que nos atraen, que nos llaman la atención o que le damos un gran valor.
El sentido de esta parábola no es literal.
No es para enriquecernos.
No es para que vendamos todo lo que tengamos y lo traigamos a la iglesia. Que vendamos casa, carro, etc, para traer ofrenda al altar.
Esto lo que se llama es estafa, robo de quien lo predica.
Alcanzar el reino de los cielos no es para enriquecernos materialmente, no es para pensar que vamos a obtener un tesoro escondido o ser millonarios.
Veamos lo que dice la Biblia:
Apocalipsis 3:17 Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
Continuemos con la lectura inicial
La perla de gran precio
Mateo 13:45-46 También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, 46 que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.
La compró para tenerla, para quedarse con ella.
Nuevamente vemos que hace una comparación con algo de mucho valor para nosotros, y como lo de mucho valor solo tiene que ver con cosas materiales, esta parábola usa este aspecto para que podamos nosotros comprenderla.
Porque lo que nos dice que alcanzar el reino de los cielos debemos hacerlo con el mismo valor y afán que el hombre de la parábola que igual vende todo para comprar la perla preciosa.
Pero sabemos que el reino de los cielos no se obtiene con cosas materiales, el reino de los cielos no se compra.
Juan 5:39-40 Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; 40 y no queréis venir a mí para que tengáis vida.
La palabra de Dios es la que nos dan testimonio de Jesucristo y por medio de Jesucristo obtener la vida eterna.
Cuando dice la palabra para que tengáis vida, no significa que no vamos a morir, que no vamos a enfermarnos, significa que vamos a alcanzar por medio de ella la vida eterna.
Por eso la palabra de Dios debe ser para nosotros como el tesoro escondido, como la perla de gran valor.
Sigamos con el tema central
La red
Mateo 13:47-50 Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces; 48 y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera. 49 Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos, 50 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.
No se trata ahora de vender todo lo que tengamos para comprar algo de mucho valor.
Lo que nos dice que así como los pecadores al traer a tierra la red recogen toda clase de peces, solo escogen lo que sirve para la venta para alimento, y el resto lo tiran porque no sirve ni para venta ni para comida.
Esto lo hemos visto en las costas del mar, cuando llegan los pescadores, llegan también los compradores y lo primero que se llevan son los de mejor precio o mas buscados como el pargo, curvina, y dejan a un lado los peces sapos, los tiburones pequeños, algunas rayas, lo a veces otras personas buscan pero en menor cantidad, y al final lo que nadie compra ni sirve para comer lo dejan en la costa, que se los coman los animales.
De igual forma va a pasar con nosotros cuando seamos llamados por Dios.
Si somos semejantes a los peces que no sirven para alimento ni para la venta, vamos a ser arrojados al lago de fuego, al infierno, donde la llama no se paga, donde será el llorar y crujir de dientes, donde el gusano no muere.
Otra parábola similar: Tesoros nuevos y viejos
Mateo 13:51-52 Jesús les dijo: ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos respondieron: Sí, Señor. 52 El les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.
La parábola del tesoro escondido.
La parábola de la perla de gran precio.
La parábola de la red.
Y por eso les pregunta? Entendieron lo que dije?
Y ellos le dicen que Si.
De igual manera debemos hacernos nosotros esta pregunta:
Entendimos las tres parábolas?
Si no le entendimos debemos volver a releerlas hasta que el Espíritu Santo nos dé discernimiento, para comprender que no se trata literalmente de valores materiales.
Dice la lectura que si le entendimos, el reino de los cielos es semejante a un tesoro donde hay cosas nuevas y cosas viejas.
Veamos un ejemplo
En el patio de la casa, nos encontramos un tesoro en un baúl, que pertenecía a mi bisabuelo, donde vienen muchos objetos entre ellos:
Joyas
Anillos
Perlas
Monedas de Oro
Turbante
Teléfono de 1980 de disco
Traje de novia de mi bisabuela
Un VHS
Una cámara de video de cuerda
Quien va a querer el turbante?
O el teléfono de disco de los 80?
Que hacemos con el traje de novia de mi bisabuela, VHS, o cámara de video de cuerda?
Nadie los va a querer?
Nadie, porque no tienen ningún valor, lo vamos a regalar o tirar a la basura.
De igual forma si lo entendimos, así de igual forma es parecido el reino de los cielos.
Sobre el Juego de niños
Se acuerdan que hablamos de los juegos de niños, del cero escondido, de frío y caliente.
En la biblia vamos a leer una lectura que asocia tanto las cosas materiales como la indecisión que podamos tener si no buscamos realmente el reino de Dios, si estamos jugando a la “iglesita”, o al “cristianito”.
Porque una cosa podemos ser en la iglesia, y otra en el centro de trabajo en donde nuestro actuar nuestro vocabulario, está más alejado, más frio, de que alguien piense que somos cristianos.
Se acuerdan que leímos Apocalipsis 3:17?
vamos ahora a leer los versículos anteriores, para tener una mayor comprensión:
Apocalipsis 3:14-16 Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto: 15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! 16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
Que seamos fríos o calientes, pero si somos tibios nos va a rechazar, nos va a vomitar.
Así como nadie se bebe una gaseosa caliente, ni un café negro helado, o una sopa helada, así de igual forma vamos a ser vomitados por Dios, por no ser ni fríos ni calientes.
Dice la palabra de Dios, que Dios conoce nuestras obras.
Por nuestras obras vamos a mostrar si somos fríos o calientes.
El reino de Dios no significa promesas materiales
Santiago 2:5 Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?
Esto totalmente contrario a los que predicadores de la llamada "doctrina" de la prosperidad que pasa durante todo el día por TV, ofreciendo como los productos de Televentas, que corras al teléfono para conseguir de Dios solo beneficios materiales, como mayor salario, nuevo empleo, nuevos y mayores negocios, conseguir visa, resolver problemas migratorios, pactar por ti mismo, si ya pactastes por ti, entonces te dicen por tus padres, por tus abuelos, hijos, etc.
En fin que pactes por lo que quieras conseguir de Dios, a través de una fe que culmina en al "altar" lo que significa que deposites en unas cuentas de banco que te indican en una cinta de texto en el TV.
Pero vemos que la palabra de Dios nos dice, que Dios escogió a los pobres de este mundo para que sean ricos en fe y herederos del reino de Dios.
Estos predicadores leen este versículo así: Dios ha elegido a los pobres de este mundo para que sean ricos.
Hasta ahí leen. Para atrapar a los que puedan con su palabrería.
El tesoro de mayor valor es alcanzar la salvación, alcanzar el reino de Dios, que por medio de la muerte de Jesucristo nos abre camino para llegar a nuestra Padre Celestial.
No se refiere a tesoros o promesas materiales solamente.
Que Dios te bendiga y te guarde.
0 comments:
Publica tu comentario en la entrada
Si dejas tu comentario como Anónimo, favor usa un sobre nombre si deseas guardar tu identidad.
Tu correo electrónico no será publicado.
Que Dios te bendiga y te guarde