La vid verdadera



Juan 15:1-2 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.

Esta mañana vamos a tener nuestra reflexión sobre el tema: La vid verdadera.

Cuando analizamos el versículo 1, cuando Jesús estuvo en la tierra, les dijo a sus discípulos su relación con su Padre y la relación con los hombres: “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador”.

Labrador: agricultor, cultivador, viñador, el que cuida la vid.

Pero vemos que dice la vid verdadera, lo que implica que puede haber otra vid que no es verdadera, otra u otras falsas, que no llevan al Dios y las cuales Dios no cuida o no son de la cosecha de Él.

Aquí Jesús nos está advirtiendo de los engañadores, de los falsos profetas, de los falsos ministros que aún pueden hablar de Jesús pero que el evangelio que predican no llevan al Padre, porque no están hablando de la “vid verdadera”.

Relación entre la vid, las ramas y el labrador
Para mostrarnos acerca de la relación que debemos tener entre nosotros y Jesús, y El con Dios, nos dice que Dios es el labrador, el cultivador, el que cuida la vid.

La labor del cultivador es cuidar la planta, que no tenga maleza, que no tenga plagas o gusanos, que son los que dañan el fruto, de la planta.

En el versículo 2, nos dice “Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.”

La palabra pámpano, en griego es klema: que significa rama o retoño. (como desgajado).

En otras biblia podemos ver la traducción como sarmiento o ramas.

De forma que podemos leerlo así: toda rama que no lleva fruto, será quitada y toda rama que lleva fruto, será limpiada, para que lleve más fruto.

En esta palabra siempre comparando a Dios como el cultivador, nos dice que toda rama o retoño que no dé fruto va a ser quitada y aún más, que si ya está dando fruto desea que dé más fruto, por eso la limpia la poda, o sea hablando como cultivador, Dios quiere aumentar la cosecha.

Las ramas que no dan fruto, están consumiendo parte de la savia de la planta y más bien afectan el crecimiento o desarrollo de las otras ramas, o sea que impiden que las otras den más fruto.

Porqué dice Jesús que es la vid verdadera?
Vamos a estudiar ahora porqué Jesús dijo: “Yo soy la vid verdadera”

En tiempos de Jeremías, el pueblo de Israel, se apartaron de Dios, en busca otros dioses,.

Jeremías 2:19-21 Tu maldad te castigará, y tus rebeldías te condenarán; sabe, pues, y ve cuán malo y amargo es el haber dejado tú a Jehová tu Dios, y faltar mi temor en ti, dice el Señor, Jehová de los ejércitos.
20 Porque desde muy atrás rompiste tu yugo y tus ataduras, y dijiste: No serviré. Con todo eso, sobre todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso te echabas como ramera.
21 Te planté de vid escogida, simiente verdadera toda ella; ¿cómo, pues, te me has vuelto sarmiento de vid extraña?

Esto lo dijo el profeta Isaías, porque el pueblo de Israel se había apartado de Dios, que es la vid verdadera.

De igual forma, por medio de parábolas de ejemplo, Jesús les explicaba a sus discípulos, como debían ser.

Mat 12:33 O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el árbol malo, y su fruto malo; porque por el fruto se conoce el árbol.

Donde vemos que nos dice que por el fruto vamos a conocer el árbol.

En otras palabras si Jesús es la vid verdadera y nosotros sus ramas, los frutos que nosotros demos, van a identificarnos si estamos en Jesús que es la vid verdadera, porque por los frutos que demos vamos a conocer el árbol, pero en este caso ya el árbol se conoce, que es Jesús, lo que tenemos que revisarnos si los frutos que debe dar la vid verdadera son los frutos que nosotros estamos dando.

Si no estamos dando fruto, dice la palabra que el viñador va a arrancar las ramas para que den fruto.

Vamos a ver en otro pasaje de la biblia otra comparación que hace Jesús que también nos compara con una rama, en este caso lo compara a un olivo.

Romanos 11:16-21 Si las primicias son santas, también lo es la masa restante; y si la raíz es santa, también lo son las ramas.
17 Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo,
18 no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti.
19 Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado.
20 Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme.
21 Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará.

Aquí se refiere la Biblia al pueblo de Israel, que por incredulidad fueron arrancados o desgajados y en su lugar estamos nosotros injertados por la fe y nos hemos hecho participante de la raíz y de su savia, la que nos nutre o sustenta.

Vemos que Dios nos da un lugar por nuestra fe a ser participantes de la salvación, pero nos advierte que así como no perdonó a las ramas naturales su incredulidad, tampoco nos va a perdonar a nosotros.

Continuemos con la lectura en Juan 15.

Juan 15:3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.

Aquí el significado que Jesús quiere darnos, es que con su palabra estamos limpios (como ramas) cuando aceptamos y vivimos su palabra, estamos limpios de maleza, plagas, gusanos, o sea que estamos limpios de la contaminación el mundo, una vez limpios ya podemos dar más fruto.

La palabra de Dios nos limpia, cuando dejamos que su palabra more en nosotros, nos limpie de nuestros pecados, nos corte las malezas, nos quite las plagas o gusanos que nos impidan dar fruto.

Continuemos leyendo el Evangelio de Juan
Juan 15:4-7 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.
7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.

Esta es otra lectura donde la palabra de Dios, nos vuelve a decir en varias partes de este mismo pasaje que debemos de permanecer en la palabra Jesucristo.
Pero vamos a analizar este tema relacionado con la permanencia en El.

1.- El pámpano (rama, injerto) no puede dar fruto por sí mismo, sino permanece en El

2.- Solo la rama que permanece en la vid puede dar mucho fruto.

3.- Una rama separados de la vid nada puede hacer.

4.- La rama que no permanece en la vid se seca y será echada al fuego

5.- El que permanece en Cristo, todo lo que pida le será hecho.

Ej. En Botánica vamos, a ver qué bien se explica el concepto de un árbol y de un injerto.

Como nutre la savia a las ramas.
a.- Presión: Las raíces absorben nutrientes y esto causa que los empuje hacia las ramas.

b) Aspiración: Las hojas por el calor producen evaporación lo que produce un vacío de los vasos comunicantes.

c) Capilaridad: En algunos árboles, es como una especie de vasos comunicantes donde el agua “sube”.

Por ejemplo tomar un pelo y sumergir una punta en un vaso de agua. O tomar una esponja y ponerla sobre agua derramada.

Esta ejemplo podemos compararlo con nuestra vida cristiana, en donde Jesús es la fuente de vida “la raíz”, nosotros somos las ramas, que debemos primero dejar que “fluya” la savia que viene de la raíz, para alimentar las hojas, luego las hojas al evaporar van a ayudarnos a que la savia permanezca en la rama, lo que hace que el injerto sea eficiente y la rama quede o permanezca firme a la planta. A la par la rama dará hojas y luego en su tiempo sus frutos.

Esta parábola en donde Jesucristo, para que comprendamos más, se compara El cómo lo vid y nosotros como las ramas, es para que tengamos mayor comprensión del mensaje.

Y eso ocurre igual cuando un granjero tiene un cultivo de uvas, eso hace con las ramas que no dan fruto.

Esto nos pasará de forma idéntica a nosotros si no permanecemos en Cristo.

Igual que las ramas seremos arrancados y echados al fuego.
Cuando se injerta una rama a un árbol, suceden dos cosas:

1.- La rama se convierte en parte del árbol
2.- La rama da hojas y frutos

Si la rama se injerta al árbol, la savia del árbol empieza a nutrir y/o alimentar a la rama, y la rama pasa a formar parte del árbol, para empezar a crecer, dar hojas y frutos.

Cuando se injerta : Si permanecéis en mi
Cuando el árbol nutre a la rama : y yo en vosotros

De qué clase de fruto nos habla Jesucristo?
Si no somos árboles de que fruto nos habla Jesucristo?

Nosotros no podemos echar frutos, no somos arboles, no tenemos ramas ni hojas.

A los frutos que nos habla, es hacer la obra de Dios en la tierra, es lo que hacemos lo que decimos, lo que damos a los otros, lo que mostramos en nuestro rostro.

Vamos a leer en el libro de Mateo una parábola:

Mateo 7:15-20 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.
19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
20 Así que, por sus frutos los conoceréis.

Debemos de imitar el carácter de Jesús que es la vid verdadera:

Jesús nos dijo en Mateo 11:29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;

Hay algunas personas que dicen: yo soy manso pero no menso, pero eso no es bíblico.

Eso es como que digamos como el domingo pasado: a Dios rogando y con el mazo dando.

Si decimos malas palabras, si ofendemos a otra persona, si somos agrios de carácter, si no amamos a nuestros enemigos, si decimos obedecer la palabra pero fallamos en un solo mandamiento, si no tenemos a Dios en primer lugar en nuestras vidas, todo eso forma parte del fruto que damos cada uno de nosotros.

Si nos aburre la biblia, para escudriñar la palabra de Dios, si no la platicamos a nuestros hijos o nuestra familia como Dios lo ordenó, esa es la clase de frutos que estamos dando.

Si somos tacaños, o pinches cuando de generosidad se trata, si no somos mayordomos fieles a Jesús, si no ofrendamos así como Dios nos ha prosperado durante la semana. NO estamos dando fruto bueno.

Por el contrario si solo hacemos las cosas que le agradan a Dios, si no salen de nuestra boca malas palabras solo palabras de edificación, si amamos a nuestro prójimo sin esperar nada a cambio, porque en eso consiste el amor, en dar sin esperar; si obedecemos y vivimos la palabra de Dios, si tenemos temor de Dios, si no nos volvemos para atrás como la mujer de Lot, si no hemos perdido el primer a Dios, cuando comenzamos este caminar con Jesucristo.

Si somos dadores alegres, si ayudamos a los que necesitan ayuda o tiene menos que nosotros, si compartimos con otros las bendiciones que Dios nos está dando.

Pero Jesucristo nos advierte de los falsos profetas, de los ciegos guías de ciegos, por eso el dice que es la Vid verdadera.

Esto de verdadero es lo contrario de falso, falso es sinónimo de falsificar.

Ej.: El Dinero falso que circula por las calles, la gente y/o las cajeras ya saben cómo detectar cuando un billete es falso. Tienen una marca de agua, una superficie rugosa, etc.

Por eso el nos advierte al hablar de vid verdadera de las “vides” falsas, que aún pueden hacer grandes prodigios que engañarán incluso a los escogidos.

Cada uno de nosotros ya sabe que frutos tenemos que dar si estamos injertados o ya somos parte de la vid verdadera.

No es responsabilidad de tu líder espiritual, los frutos que cada uno pueda dar. Los frutos que cada uno demos es responsabilidad de cada uno de nosotros.

Si la palabra de Dios nos manda a que demos buenos frutos, y saliendo de aquí alguien se encuentra con una persona que anda molesta, y le contesta con palabras que ofenden, esos son los frutos que damos, que no son los frutos que Dios quiere que demos.

Ej. Dios no va a pedir cuentas a una persona por los actos de otros. Así como no va a pedir cuentas a los líderes espirituales por los frutos de los que escuchan la palabra.

Sí es responsabilidad de tu líder espiritual predicar la palabra sana, la doctrina de Jesús y no la doctrina de hombres.

Cada uno escoge su destino, no es culpa de tu líder espiritual, el destino que tu escojas.

La forma en que reaccionamos a cualquier situación que se nos presente es responsabilidad propia de cada uno de nosotros.

Debemos Aprender de los malos ejemplos.
Como es que vamos a aprender de los malos ejemplos?

Esto parece confundirnos un poco, porque pareciera que quiere decir que debemos aprender del mal ejemplo para hacerlos.

Pero no es así.

Más bien es que los malos ejemplos nos servir, ya que si son malos, nos deben servir, para repetirlo o imitarlo.

Debemos de ver o discernir cuando son malos frutos para no repetirlos.

Esto es saber cuándo se está predicando la palabra viva, la doctrina no adulterada.

Saber cuando la palabra está siendo torcida, para creer en doctrinas de hombres.

Debemos aprender de las malas ramas, que se secan, no dan fruto, son cortadas y echadas al fuego para ser quemadas.

Debemos de aprender de las ramas que fueron quitadas para permanecer nosotros.

En la biblia vamos a ver un ejemplo que no debemos de imitar sino debemos de reflexionar para no repetirlo.

Y esto lo menciona Jesucristo en el nuevo testamento, recordando a una persona que existió muchos años atrás, pero que sus acciones no debemos nosotros de imitarla.
Veamos inicialmente una la parábola donde nos habla de la venida del Reino, para luego ver el mal ejemplo realizado por una persona.

Lucas 17:24-29 Porque como el relámpago que al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro, así también será el Hijo del Hombre en su día.
25 Pero primero es necesario que padezca mucho, y sea desechado por esta generación.
26 Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre.
27 Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos.
28 Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban;
29 más el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos.

Esto nos indica que así va a ser cuando sea su venida, los hombres van estar igual que como Sodoma y Gomorra, en comilonas, en fiestas, casamientos, en otras palabras gozando del mundo.

Lucas 17:30-37 Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste.
31 En aquel día, el que esté en la azotea, y sus bienes en casa, no descienda a tomarlos; y el que en el campo, asimismo no vuelva atrás.
32 Acordaos de la mujer de Lot.
33 Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvará.
34 Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado.
35 Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una será tomada, y la otra dejada.
36 Dos estarán en el campo; el uno será tomado, y el otro dejado.
37 Y respondiendo, le dijeron: ¿Dónde, Señor? El les dijo: Donde estuviere el cuerpo, allí se juntarán también las águilas.

En algunas biblias en lugar de águilas podemos leer buitres.

Dando a entender como cuando nosotros vemos que los zopilotes están dando vueltas, eso nos indica que hay algún animal muerto. (A la policía y los forenses le permiten encontrar un cadáver).

Lo que quiere decir que una cosa está asociada a otra.

Jesús se refiere a la mujer de Lot, el que escapó del fuego del castigo que cayó sobre Sodoma y Gomorra. (Génesis 19:17-26)

Que hizo que Jesús mencionara a la mujer de Lot? Para que nos sirviera de ejemplo, para no volver hacia atrás.

Así igual nosotros debemos de escudriñar todo, y solo retener lo bueno, que lo malo lo desechemos pero nos debe de servir de ejemplo para no hacerlo.

Esta lectura nos dice que cuando venga Jesucristo, no debemos de estar preocupados por los bienes que tenemos, que no regresemos a la casa porque dejamos algo, o dejamos los reales debajo del colchón, o porque acabamos de comprar un mueble o un equipo de sonido y no queremos que se dañe, etc.

Debemos de buscar primero que cosa?

Debemos de buscar primero el Reino de Dios.

Y con todas las otras cosas que necesitamos que va a pasar?

Todas los otras cosas vendrán por añadidura.

Debemos de alejarnos de las mentiras del mundo, y buscar solo la verdad que está en Jesucristo.

Porque El es la vid verdadera, El es camino, la verdad y la vida.

Porque sin El nada podemos hacer.

Porque permaneciendo con Cristo vamos a poder dar fruto.

Que Dios los bendiga y los guarde.