Sofonías 3:1-2 ¡Ay de la ciudad rebelde y contaminada y opresora! 2 No escuchó la voz, ni recibió la corrección; no confió en Jehová, no se acercó a su Dios.
Esta mañana vamos a reflexionar acerca de la rebeldía de Jerusalén, que al igual que en los tiempos del profeta Sofonías, nos puede ocurrir a nosotros el día de hoy.
En esta lectura vemos 4 amonestaciones que Dios hace por medio del profeta Sofonías:
1.- No escucharon la voz
No escucharon el consejo, las amonestaciones, las exhortaciones a su pecado.
2.- No recibieron la corrección
Jerusalén era incorregible y se negaban a ser disciplinados y recibir la corrección de su comportamiento.
Jeremías 5:3 Oh Jehová, ¿no miran tus ojos a la verdad? Los azotaste, y no les dolió; los consumiste, y no quisieron recibir corrección; endurecieron sus rostros más que la piedra, no quisieron convertirse.
Así de dura como la piedra estaba Jerusalén, a pesar del castigo que recibieron, dice la palabra de Dios que no les dolió, que no quisieron recibir corrección, más bien endurecieron sus rostros más que las piedras, no quisieron convertirse.
Cuando leo esta lectura solo pienso en una parte de mi familia, amigos, vecinos, amigos y también en los que no conozco que andan por el camino ancho sin conocer de Dios, sabiendo que es responsabilidad nuestra llevarles el mensaje de arrepentimiento, de conversión, de conocer y aceptar a Jesucristo como el Señor de sus vidas.
3.- No confiaron en Dios
El pueblo Jerusalén no confió en la promesa de Dios, se apartaron de sus caminos.
4.- No se acercaron a Dios
No buscaron a Dios, cuando Dios estaba tan cerca de ellos, para protegerlos, para cuidarlos, para darles lo que necesitaban.
Deuteronomio 4:7 Porque ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos?
Esta lectura que está en forma de pregunta, quiere decir: “No hay otra nación que tenga tan cerca a Jehová Dios que le dé todo cuanto le pida”
Revisemos la lectura inicial, verso 2.
Sofonías 3:2 No escuchó la voz, ni recibió la corrección; no confió en Jehová, no se acercó a su Dios.
Se refiere a que nosotros por obediencia, debemos de escuchar los consejos, debemos confiar en Dios, acercarnos a Dios.
Los que no escuchan los consejos, no confían en Dios, o no se acercan a Dios, recibirán la corrección.
Significado de consejo:
Opinión que se da o se recibe sobre lo que se debe hacer o el modo de hacerlo.
Quienes pueden dar consejos?
En la vida familiar:
Los abuelos, los padres, un hermano/a, un familiar.
En la vida cotidiana:
El jefe/a de trabajo, un(a) compañero/a de trabajo, un amigo/a
En la congregación:
Tu pastor, tu guía espiritual, un hermano/a cristiano/a
Debemos de analizar a la persona que nos da el consejo.
Pedirle a Dios sabiduría para saber si ese consejo viene de El, si ese consejo me conviene, si es para cumplir un propósito de Dios para mi vida.
Consejo vs Corrección
Todos queremos dar consejos a los otros pero nadie quiere que lo corrijan.
Mateo 7:3 ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo.
Es muy común que una persona “aconseje” a otra a no hacer algo que ella misma está haciendo.
Ejemplo:
Un expendedor de droga le aconseje a su hijo que vender droga es malo.
Una ladrón le aconseje a su hijo a no robar.
A nadie le gusta que lo corrijan
Yo soy uno de esos que no le gusta que me corrijan, y cuando me corrigen aunque no me guste, por salir del paso, hago como si yo fue el que dio la idea (la cual no era mi idea original).
Pero así nos pasa a todos.
A los jóvenes no les gustan los consejos.
Yo me acuerdo cuando joven como a los 18 años, una tía me dio un consejo, relacionado con la novia que yo tenía, que llevaba prácticamente una vida alocada, que tuviera cuidado, pero mi respuesta fue increíble, le dije a mi tía: No se preocupe que yo me sé cuidar, gracias!
Semejante respuesta la que le di.
Y muchos problemas que me enfrenté un poco más adelante, fue por no haber escuchado sus consejos.
Lo que pasó con esa novia, que al final no tuvo el final de los cuentos o de las novelas, sino que tuvo un mal final, no se los conté a mi tía, por pena, por vergüenza, por no escuchar aquella frase: Te acordás que yo te lo dije?
Muchos años después me encontré con mi tía, creo que hace como 4 años que vino a Nicaragua, pues ella vive en los EEUU, y le recordé la forma como le contesté y que hasta ya mayor supe el significado de sus consejos.
Cuando escuchamos un consejo y no le hacemos caso, y luego todo nos resulta mal, luego viene a nuestra mente la palabra: Si le hubiera hecho caso… no hubiera llegado a tal punto…
El hubiera no existe
No es que esta palabra no exista, pero está relacionada a un hecho en el pasado, que no se puede cambiar.
La conjugación “hubiera” corresponde al Pretérito Imperfecto del Subjuntivo.
Yo fui malo en español.
Esto lo copié de un libro, de español que habla del formas simples indicativo, subjuntivo y existen presente, pretérito perfecto, pretérito imperfecto, futuro, condicional, y otras más: imperativo, infinitivo, gerundio, participo pasivo, etc., etc. Sin mencionar las formas compuestas, pretérito pluscuamperfecto, etc., etc.
Nuestro Señor Jesucristo, utilizó la conjugación “hubiera”
Juan 15:22 Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado.
En esta lectura, nos dice que ahora que ya sabemos de la palabra, que ya hemos escuchado sus consejos ya no tenemos excusa para pecar.
No temos mas excusa para pecar
Que un hombre diga:
- Es que yo miré el billete de C$ 500.00 mal parqueado, y no me di cuenta cuando lo agarré y me lo eché a la bolsa
- Es que no supe cuando le dije que era bien hermosa.
- Es que se equivocaron, pedí una gaseosa y me trajeron una cerveza, y me dio pena devolverla.
O que una mujer diga:
- Es que yo ese hombre me dijo palabras bonitas y no supe que hacer…
No tenemos excusa por nuestros pecados.
Veamos de donde podemos tomar consejos
Los primeros que nos pueden dar los mejores consejos son nuestros padres.
Pero el joven dice en su corazón: Si les digo me van a decir que no, mejor no les digo.
Y luego toman sus decisiones sin contar con la aprobación de Dios, o el consejo de sus padres, y al final con el tiempo, llegará a nuestras mentes, la palabra “hubiera”.
Le hubiera consultado a Dios, le hubiera consultado a mis padres.
Si hubiera sabido lo que me iba a pasar, no hubiera echo tal cosa, etc..
Si no tenemos padres, el consejo lo tomamos de la palabra de Dios
Lo que a nadie le gusta oír, es que le digan: Te acordás que yo te lo dije?
Los hombres debemos escuchar el consejo de nuestras esposas.
Esto es si la esposa es creyente y anda en los caminos de Dios.
No como la mujer de Job, que le decía que renegara de Dios.
Job 2:9 Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete.
Veamos que le respondió Job:
Job 2:10 Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.
En el libro de Job vamos a notar que contiene 42 capítulos.
Desde al Cap. 1, comienzan las calamidades de Job, y no es sino hasta que el Cap. 42, en el último capítulo en que Job es restaurado por Dios.
Debemos oír la voz de nuestra esposa
Génesis 21:8-12 Y creció el niño, y fue destetado; e hizo Abraham gran banquete el día que fue destetado Isaac. 9 Y vio Sara que el hijo de Agar la egipcia, el cual ésta le había dado a luz a Abraham, se burlaba de su hijo Isaac. 10 Por tanto, dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de heredar con Isaac mi hijo. 11 Este dicho pareció grave en gran manera a Abraham a causa de su hijo. 12 Entonces dijo Dios a Abraham: No te parezca grave a causa del muchacho y de tu sierva; en todo lo que te dijere Sara, oye su voz, porque en Isaac te será llamada descendencia.
Dios le dice a Abraham, que en todo lo que te dijera Sara oyera su voz.
Debemos de escuchar la voz o consejos de nuestra esposa, cuando vemos que la conducta de nuestra esposa es conforme la palabra de Dios.
Cuando nuestra esposa no anda conforme la palabra de Dios y los maridos hacemos caso a su voz o sus consejos, debemos de pedirle a Dios que nos confirme su esa voz o ese consejo son correctos, si debemos seguirlos o no.
Veamos acerca del consejo en la Biblia
Proverbios 4:13-16 Retén el consejo, no lo dejes; Guárdalo, porque eso es tu vida. 14 No entres por la vereda de los impíos, Ni vayas por el camino de los malos. 15 Déjala, no pases por ella; Apártate de ella, pasa. 16 Porque no duermen ellos si no han hecho mal, Y pierden el sueño si no han hecho caer a alguno.
Son los consejos que nuestros padres nos cuentan que les decían sus abuelos.
Son los consejos que muchas veces nuestros padres nos dijeron cuando éramos jóvenes.
Y son los consejos que ahora les decimos a nuestros hijos.
Pero nos podemos preguntar si nuestros abuelos y nuestros padres no conocieron de Dios?
Pero esa es una de las formas de cómo nos habla Dios.
Como yo lo estoy haciendo en este momento, al leer la palabra de Dios, no hay que malinterpretar como algunos que abusan cuando mencionan que cuando hablan es Dios hablando, de manera literal.
Dios nos habla de muchas maneras, hasta usó un burro para que hablara para llevar su mensaje.
Ahora en estos tiempos Dios nos habla por medio de Jesucristo a través de su palabra escrita en la Biblia.
No debemos menospreciar el consejo
Proverbios 5:12-14 Y digas: ¡Cómo aborrecí el consejo, Y mi corazón menospreció la reprensión; 13 No oí la voz de los que me instruían, Y a los que me enseñaban no incliné mi oído! 14 Casi en todo mal he estado, En medio de la sociedad y de la congregación.
No debemos de esperar que cuando nos salga algo mal, por nuestras malas decisiones, digamos:
Tenían razón mis padres, o mi esposa, o mi hermano/a, o mi abuelo/a.
Proverbios 19:20-21 Escucha el consejo, y recibe la corrección, Para que seas sabio en tu vejez. 21 Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; Mas el consejo de Jehová permanecerá.
Así debemos ser nosotros cuando recibimos un consejo que nos va a edificar, que forma parte de los propósitos de Dios para nuestras vidas.
Que hay acerca de la corrección?
1.- Cuando es motivada por el amor en lugar de la condenación
1Corintios 4:14 No escribo esto para avergonzaros, sino para amonestaros como a hijos míos amados.
2.- Para los que desean crecer espiritualmente
Hebreos 12:6-8 Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo. 7 Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? 8 Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.
Gálatas 2:11 Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar.
2 Timoteo 3:16-17 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
Debemos aceptar la corrección:
En nuestro caminar con Dios, vamos a encontrar alguna corrección en determinados momentos, y en lugar de molestarnos por ello, siempre debemos recordar que es Dios quien nos está llamando la atención por medio de ese hermano/a que se “atrevió” a corregirnos.
Que Dios te bendiga y te guarde.
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