SSalmos 42:1 “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.”
Mucho se escucha actualmente en algunas iglesias, que debemos demandar o reclamarle a Dios por alguna bendición que le hayamos pedido.
Vamos a analizar esta mañana sobre este tema, a la luz de la palabra de Dios, para saber que nos dice:
Significado de estas palabras:
Demandar: Reclamo judicial que se emprende contra alguien, demandar lo que es nuestro. En este orden existen dos figuras: el demandante que invoca el derecho que tiene y sobre el cual están fundadas sus pretensiones, y el demandado quien contra el cual se pone la demanda.
Reclamar: Exigir con derecho, Oponerse a una situación injusta o insatisfactoria.
Estos dos términos son muy comunes escucharlos por TV o Radio, en donde algunos pastores instan a sus seguidores a demandar y/o reclamar a Dios tales o cuales promesas, etc. Aún asocian lecturas bíblicas donde “supuestamente” justifican estas doctrinas.
Demandar la herencia o las promesas de Dios
En términos judiciales, la palabra “herencla” se encuentra asociada a la frase: “Reclamar la herencia”, “demandar la herencia”, o “cobrar la herencia.”
Si lo buscamos, en la biblia, vamos a encontrar que somos “herederos de la promesa” (Gal 3:29), “herederos de Dios y coherederos con Cristo” (Rom 8:17), o las mujeres son “coherederas de la gracia” (1 Pedro 3:7), no podemos suponer o creer que debemos “reclamar” o “demandar” a Dios por estas promesas, por que somos herederos o coherederos.
Volviendo al término legal terrenal, para ser poder recibir, reclamar o emandar una herencia, deben cumplirse ciertos requisitos:
Para tener derecho:
1.- Debe existir un testamento
2.- Que nuestros nombres y apellidos estén como beneficiarios
Para que se cumpla la herencia:
1.- Que muera el testador
2.- Ser mayor de edad para recibirla
Para tener derecho: en el sentido bíblico:
1.- Existe un testamento -- Si
2.- Nuestros nombres estan inscritos?
Para que se cumpla la herencia:
1.- El testador ya murió
2.- Somos mayores de edad? (se refiere a crecimiento espiritual)
Es correcto damandar o reclamar algo a Dios?
La respuesta la vamos a encontrar en la Biblia.
El domingo pasado en que compartimos el tema: El Cristiano: Una vida de Oración, vimos que la oración era un diálogo o conversación directa con Dios, la cual la hacemos de forma espontánea, con fe, y sin tener estorbos en nuestra oración, para esperar según la voluntad de Dios su respuesta.
Comentábamos a manera de ejemplo, que la respuesta de Dios, puede ser Si, mas tarde, o no te conviene.
Pero Dios nos va a dar una respuesta conforme su voluntad para con nosotros.
Cuando comparamos al hombre en relación con Dios, es como comparar a un grano de arena con toda la arena del mar.
Dice Dios en su palabra:
Deuteronomio 5:26 “Porque ¿qué es el hombre, para que oiga la voz del Dios viviente que habla de en medio del fuego, como nosotros la oímos, y aún viva?”
Dice esta palabra que no tenemos ni el privilegio, por nuestros pecados de tan siquiera oír la voz de Dios y aún estar vivos.
Leamos otra lectura en Salmos.
Salmos 144:3 “Oh Jehová, ¿qué es el hombre, para que en él pienses, O el hijo de hombre, para que lo estimes?”
Esto es que nosotros no nos merecemos la estimación de Dios.
Nuestra mente es una mente finita, la mente de Dios es infinita:
Isaías 55:8-11 “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. 9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. 10 Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, 11 así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.”
Es la palabra de Dios la que va a actuar en nosotros, es la palabra de Dios que hará lo que Dios quiere conforme su voluntad.
La palabra de Dios, va a hacer en nosotros lo El, quiera para lo que El quiera.
Lo anterior significa que cuando oímos la palabra de Dios y esta no hace ningún efecto en nosotros es porque nosotros no estamos dejando actuar la palabra de Dios en nuestras vidas.
En otros casos es porque estamos tomando la palabra de Dios, para nosotros, para nuestros intereses, y no estamos dejando que la palabra de Dios haga la voluntad de Dios en nosotros.
Por eso en el tema de la oración, todos lo que comunicamos a Dios, de nuestras necesidades o peticiones, se la pedimos conforme su voluntad.
Igual como leemos en la oración que Jesucristo nos dejó:
Mateo 6:9-10 “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. 10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.”
Nosotros como seres creados del polvo de la tierra, que tenemos una naturaleza pecaminosa y nuestra vida no podemos prolongar ni un día más, no tenemos ningún derecho de “demandar”, “reclamar”, “exigir” ni nada parecido a Dios.
Si Dios en su gran amor para con el mundo, no hubiera enviado a su hijo Jesucristo a morir por nuestros pecados, lo menos que nos merecemos es una horrenda expectación de juicio, con toda la absoluta seguridad de resultar culpables y recibir como recompensa el castigo eterno.
Revisando en las diferentes versiones de la Biblia, incluyendo la KJV, no se encuentra ninguna cita donde se mencione la palabra reclamar, relacionada a nuestra conversación con Dios.
La palabra demandar o similares, que se relacionen dirigida a Dios, las vamos a encontrar en la Biblia.
1.- El Rey David pidiendo permanecer siempre con Dios
Salmos 27:4 “Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.”
El rey David le estaba pidiendo permanecer en el templo o casa de Jehová todos los días de su vida.
Él le estaba diciendo que fuera de Dios, quería nada.
Salmos 84:10 “Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad.”
El rey David, quería sentirse seguro, tener la protección de Jehová en su vida.
2.- El sueño de Salomón cuando es seleccionado como rey.
1Reyes 3:11-14 “Y le dijo Dios: Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio, 12 he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú. 13 Y aun también te he dado las cosas que no pediste, riquezas y gloria, de tal manera que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus días. 14 Y si anduvieres en mis caminos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como anduvo David tu padre, yo alargaré tus días.”
En esta lectura la palabra que Dios dijo “demandado”, se relaciona a un “petición” que le hiciera Salomón. No una exigencia.
Por E: Salomón no dijo, yo demando, yo exijo, sino que dijo, en otras palabras: “Yo te pido sabiduría para juzgar. Porque tú me pusiste en lugar de mi padre. Yo no sé cómo es ser rey para gobernar a un pueblo tan grande”.
3.- Palabras de Agur, en el libro de Proverbios
Proverbios 30:7-9 “Dos cosas te he demandado; No me las niegues antes que muera: 8 Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; Manténme del pan necesario; 9 No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios.”
Aquí vemos que lo que se demanda, o se pide con insistencia, es que Dios le quite la vanidad, la palabra mentirosa, que no le dé pobrezas ni riquezas, que lo mantenga solo con el pan necesario.
Que se debe hacer en lugar de “demandar” o “reclamar”?
Lo que debemos de hacer es “clamarle” a Dios, rogarle, pedirle.
Lo vamos a ver en la Biblia:
Clamar: del griego kará: invocar, pedir. Sinónimo de Implorar, rogar, suplicar:
Suplicar a la vez, implica humillarse, rendirse.
Veamos ejemplos en la Biblia de clamar:
1.- Debemos clamarle a Dios
Jeremías 33:3 “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.”
Jonás 1:6 “Y el patrón de la nave se le acercó y le dijo: ¿Qué tienes, dormilón? Levántate, y clama a tu Dios; quizá él tendrá compasión de nosotros, y no pereceremos.”
2.- Debemos suplicarle o rogarle a Dios
Efesios 6:18 “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;”
El domingo pasado leímos: Filipenses 4:6 “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.”
3.- Debemos humillarnos ante Dios
2 Crónicas 7:14 “si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.”
Salmos 51:17 “Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.”
No tenemos derecho de demandar, reclamar ni exigir a Dios
Veamos lo que dijo el Apóstol Pablo a los Romanos:
Romanos 9:20-21 “Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así? 21 ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?”
Aquí el Apóstol Pablo, se está refiriendo a la Soberanía de Dios sobre nosotros.
En esta lectura es muy claro que Dios es el alfarero y nosotros somos el vaso de barro que el formó.
Eso nos indica que el ser humano no tienen ningún derecho de demandar, de reclamar ni de exigir a Dios nada. Pues en esa misma comparación del alfarero y el vaso de barro, así de forma similar nos encontramos nosotros ante Dios.
En Nicaragua tenemos un refrán que dice: Donde manda capitán no manda marinero. Indicando que alguien inferior no puede mandar a alguien superior.
Y aunque le clamemos a Dios, ya sabemos que debemos perseverar para esperar su respuesta.
Un poco más arriba de esta última lectura vamos a ver lo que Dios le dijo a Moisés:
Romanos 9:15-16 “Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca. 16 Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.”
Estamos dependiendo de la voluntad de Dios, para que tenga misericordia con lo que le pedimos, conforme su voluntad.
1Juan 5:14-15 “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. 15 Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.”
La oración es el medio de comunicación que tenemos con Dios. Pero todo conforme a su voluntad.
Cuando le clamamos con un corazón contrito, con un corazón quebrantado, con un corazón humillado, y estamos haciendo su voluntad, es cuando Dios va a responder nuestras oraciones, si es que lo que le pedimos conforme a su misma voluntad.
Que Dios te bendiga y te guarde
Mucho se escucha actualmente en algunas iglesias, que debemos demandar o reclamarle a Dios por alguna bendición que le hayamos pedido.
Vamos a analizar esta mañana sobre este tema, a la luz de la palabra de Dios, para saber que nos dice:
Significado de estas palabras:
Demandar: Reclamo judicial que se emprende contra alguien, demandar lo que es nuestro. En este orden existen dos figuras: el demandante que invoca el derecho que tiene y sobre el cual están fundadas sus pretensiones, y el demandado quien contra el cual se pone la demanda.
Reclamar: Exigir con derecho, Oponerse a una situación injusta o insatisfactoria.
Estos dos términos son muy comunes escucharlos por TV o Radio, en donde algunos pastores instan a sus seguidores a demandar y/o reclamar a Dios tales o cuales promesas, etc. Aún asocian lecturas bíblicas donde “supuestamente” justifican estas doctrinas.
Demandar la herencia o las promesas de Dios
En términos judiciales, la palabra “herencla” se encuentra asociada a la frase: “Reclamar la herencia”, “demandar la herencia”, o “cobrar la herencia.”
Si lo buscamos, en la biblia, vamos a encontrar que somos “herederos de la promesa” (Gal 3:29), “herederos de Dios y coherederos con Cristo” (Rom 8:17), o las mujeres son “coherederas de la gracia” (1 Pedro 3:7), no podemos suponer o creer que debemos “reclamar” o “demandar” a Dios por estas promesas, por que somos herederos o coherederos.
Volviendo al término legal terrenal, para ser poder recibir, reclamar o emandar una herencia, deben cumplirse ciertos requisitos:
Para tener derecho:
1.- Debe existir un testamento
2.- Que nuestros nombres y apellidos estén como beneficiarios
Para que se cumpla la herencia:
1.- Que muera el testador
2.- Ser mayor de edad para recibirla
Para tener derecho: en el sentido bíblico:
1.- Existe un testamento -- Si
2.- Nuestros nombres estan inscritos?
Para que se cumpla la herencia:
1.- El testador ya murió
2.- Somos mayores de edad? (se refiere a crecimiento espiritual)
Es correcto damandar o reclamar algo a Dios?
La respuesta la vamos a encontrar en la Biblia.
El domingo pasado en que compartimos el tema: El Cristiano: Una vida de Oración, vimos que la oración era un diálogo o conversación directa con Dios, la cual la hacemos de forma espontánea, con fe, y sin tener estorbos en nuestra oración, para esperar según la voluntad de Dios su respuesta.
Comentábamos a manera de ejemplo, que la respuesta de Dios, puede ser Si, mas tarde, o no te conviene.
Pero Dios nos va a dar una respuesta conforme su voluntad para con nosotros.
Cuando comparamos al hombre en relación con Dios, es como comparar a un grano de arena con toda la arena del mar.
Dice Dios en su palabra:
Deuteronomio 5:26 “Porque ¿qué es el hombre, para que oiga la voz del Dios viviente que habla de en medio del fuego, como nosotros la oímos, y aún viva?”
Dice esta palabra que no tenemos ni el privilegio, por nuestros pecados de tan siquiera oír la voz de Dios y aún estar vivos.
Leamos otra lectura en Salmos.
Salmos 144:3 “Oh Jehová, ¿qué es el hombre, para que en él pienses, O el hijo de hombre, para que lo estimes?”
Esto es que nosotros no nos merecemos la estimación de Dios.
Nuestra mente es una mente finita, la mente de Dios es infinita:
Isaías 55:8-11 “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. 9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. 10 Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, 11 así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.”
Es la palabra de Dios la que va a actuar en nosotros, es la palabra de Dios que hará lo que Dios quiere conforme su voluntad.
La palabra de Dios, va a hacer en nosotros lo El, quiera para lo que El quiera.
Lo anterior significa que cuando oímos la palabra de Dios y esta no hace ningún efecto en nosotros es porque nosotros no estamos dejando actuar la palabra de Dios en nuestras vidas.
En otros casos es porque estamos tomando la palabra de Dios, para nosotros, para nuestros intereses, y no estamos dejando que la palabra de Dios haga la voluntad de Dios en nosotros.
Por eso en el tema de la oración, todos lo que comunicamos a Dios, de nuestras necesidades o peticiones, se la pedimos conforme su voluntad.
Igual como leemos en la oración que Jesucristo nos dejó:
Mateo 6:9-10 “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. 10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.”
Nosotros como seres creados del polvo de la tierra, que tenemos una naturaleza pecaminosa y nuestra vida no podemos prolongar ni un día más, no tenemos ningún derecho de “demandar”, “reclamar”, “exigir” ni nada parecido a Dios.
Si Dios en su gran amor para con el mundo, no hubiera enviado a su hijo Jesucristo a morir por nuestros pecados, lo menos que nos merecemos es una horrenda expectación de juicio, con toda la absoluta seguridad de resultar culpables y recibir como recompensa el castigo eterno.
Revisando en las diferentes versiones de la Biblia, incluyendo la KJV, no se encuentra ninguna cita donde se mencione la palabra reclamar, relacionada a nuestra conversación con Dios.
La palabra demandar o similares, que se relacionen dirigida a Dios, las vamos a encontrar en la Biblia.
1.- El Rey David pidiendo permanecer siempre con Dios
Salmos 27:4 “Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.”
El rey David le estaba pidiendo permanecer en el templo o casa de Jehová todos los días de su vida.
Él le estaba diciendo que fuera de Dios, quería nada.
Salmos 84:10 “Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad.”
El rey David, quería sentirse seguro, tener la protección de Jehová en su vida.
2.- El sueño de Salomón cuando es seleccionado como rey.
1Reyes 3:11-14 “Y le dijo Dios: Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio, 12 he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú. 13 Y aun también te he dado las cosas que no pediste, riquezas y gloria, de tal manera que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus días. 14 Y si anduvieres en mis caminos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como anduvo David tu padre, yo alargaré tus días.”
En esta lectura la palabra que Dios dijo “demandado”, se relaciona a un “petición” que le hiciera Salomón. No una exigencia.
Por E: Salomón no dijo, yo demando, yo exijo, sino que dijo, en otras palabras: “Yo te pido sabiduría para juzgar. Porque tú me pusiste en lugar de mi padre. Yo no sé cómo es ser rey para gobernar a un pueblo tan grande”.
3.- Palabras de Agur, en el libro de Proverbios
Proverbios 30:7-9 “Dos cosas te he demandado; No me las niegues antes que muera: 8 Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; Manténme del pan necesario; 9 No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios.”
Aquí vemos que lo que se demanda, o se pide con insistencia, es que Dios le quite la vanidad, la palabra mentirosa, que no le dé pobrezas ni riquezas, que lo mantenga solo con el pan necesario.
Que se debe hacer en lugar de “demandar” o “reclamar”?
Lo que debemos de hacer es “clamarle” a Dios, rogarle, pedirle.
Lo vamos a ver en la Biblia:
Clamar: del griego kará: invocar, pedir. Sinónimo de Implorar, rogar, suplicar:
Suplicar a la vez, implica humillarse, rendirse.
Veamos ejemplos en la Biblia de clamar:
1.- Debemos clamarle a Dios
Jeremías 33:3 “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.”
Jonás 1:6 “Y el patrón de la nave se le acercó y le dijo: ¿Qué tienes, dormilón? Levántate, y clama a tu Dios; quizá él tendrá compasión de nosotros, y no pereceremos.”
2.- Debemos suplicarle o rogarle a Dios
Efesios 6:18 “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;”
El domingo pasado leímos: Filipenses 4:6 “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.”
3.- Debemos humillarnos ante Dios
2 Crónicas 7:14 “si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.”
Salmos 51:17 “Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.”
No tenemos derecho de demandar, reclamar ni exigir a Dios
Veamos lo que dijo el Apóstol Pablo a los Romanos:
Romanos 9:20-21 “Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así? 21 ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?”
Aquí el Apóstol Pablo, se está refiriendo a la Soberanía de Dios sobre nosotros.
En esta lectura es muy claro que Dios es el alfarero y nosotros somos el vaso de barro que el formó.
Eso nos indica que el ser humano no tienen ningún derecho de demandar, de reclamar ni de exigir a Dios nada. Pues en esa misma comparación del alfarero y el vaso de barro, así de forma similar nos encontramos nosotros ante Dios.
En Nicaragua tenemos un refrán que dice: Donde manda capitán no manda marinero. Indicando que alguien inferior no puede mandar a alguien superior.
Y aunque le clamemos a Dios, ya sabemos que debemos perseverar para esperar su respuesta.
Un poco más arriba de esta última lectura vamos a ver lo que Dios le dijo a Moisés:
Romanos 9:15-16 “Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca. 16 Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.”
Estamos dependiendo de la voluntad de Dios, para que tenga misericordia con lo que le pedimos, conforme su voluntad.
1Juan 5:14-15 “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. 15 Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.”
La oración es el medio de comunicación que tenemos con Dios. Pero todo conforme a su voluntad.
Cuando le clamamos con un corazón contrito, con un corazón quebrantado, con un corazón humillado, y estamos haciendo su voluntad, es cuando Dios va a responder nuestras oraciones, si es que lo que le pedimos conforme a su misma voluntad.
Que Dios te bendiga y te guarde
Un fraternal saludo. Gracias por desarrollar este tema y clarificarlo de esta manera. Que el Señor les siga brindando sabiduría.
ResponderEliminar