Romanos
9:1-5 Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el
Espíritu Santo, 2 que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. 3
Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis
hermanos, los que son mis parientes según la carne; 4 que son israelitas, de
los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el
culto y las promesas; 5 de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según
la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los
siglos. Amén.
Esta lectura nos dice que Israel fue el pueblo escogido, adoptado por
Dios.
Fue el pueblo con el cual Dios hizo un pacto, a quienes les dio la
ley, el culto y las promesas.
Dios escogió a Israel como su pueblo
santo, especial
Deuteronomio 7:6
Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha
escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están
sobre la tierra.
Israel fue para Dios un pueblo especial, sobre todos los pueblos de la
tierra.
Escogidos por la promesa a sus Padres
Pero no lo escogió por ser un pueblo mejor que todos los pueblos.
Deuteronomio
7:7-8No por ser
vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues
vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; 8 sino por cuanto
Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha
sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano
de Faraón rey de Egipto.
Dice la palabra de Dios, que era Israel no solo era un pueblo insignificante, sino, el
más insignificante de todos los pueblos, y fue por el gran amor de Dios y por
guardar la promesa que había hecho a sus padres, a los patriarcas, mucho más
antes que fueran hechos esclavos en Egipto.
Jesucristo es el Mesías anunciado
Cuando Jesucristo vino a la tierra como el Mesías anunciado, como el
Salvador prometido por Dios a su pueblo.
El anuncio del nacimiento del mesías tuvo ocasión casi como 700 años
antes de que naciera Jesucristo.
Fue anunciado por Isaías
Isaías
9:6-7 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su
hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno,
Príncipe de Paz. 7 Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre
el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y
en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará
esto.
Este pueblo
Israel, o el pueblo judío en su gran mayoría no lo reconocieron como el Mesías.
Isaías lo anuncia nuevamente:
Isaías
11:1-2 Saldrá una vara
del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. 2 Y reposará sobre él
el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de
consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.
Quien fue Isaí?
Isaí fue hijo
de Obed, quien fue hijo de Booz y Ruth nuera de Noemí
Noemí tenis
a su marido Elimelec, y tuvo 2 hijos Mahlon y Quelión, estos se casaron con
Orfa y Ruth, pero primero muero Elimelec,
y luego Mahlon y Quelión, quedando las tres mujeres viudas, y sin
descendencia.
Ruth
4:14-17 Y las mujeres decían a Noemí: Loado sea Jehová, que hizo que no te
faltase hoy pariente, cuyo nombre será celebrado en Israel; 15 el cual será
restaurador de tu alma, y sustentará tu vejez; pues tu nuera, que te ama, lo ha
dado a luz; y ella es de más valor para ti que siete hijos. 16 Y tomando Noemí
el hijo, lo puso en su regazo, y fue su aya. 17 Y le dieron nombre las vecinas,
diciendo: Le ha nacido un hijo a Noemí; y lo llamaron Obed. Este es padre de
Isaí, padre de David.
Si solo
hubiéramos leído el verso 17 nos hubiera dado la idea que ese hijo era de
Noemí, quien más bien era su abuela.
De la tribu de David iba a venir la salvación
1Samuel
16:1 Dijo Jehová a
Samuel: ¿Hasta cuándo llorarás a Saúl, habiéndolo yo desechado para que no
reine sobre Israel? Llena tu cuerno de aceite, y ven, te enviaré a Isaí de
Belén, porque de sus hijos me he provisto de rey.
Esta
profecía se cumplió y es confirmada en el nuevo testamento en el evangelio de
Juan y el Apocalipsis.
Juan
7:40-42 Entonces algunos de la multitud, oyendo estas palabras, decían:
Verdaderamente éste es el profeta. 41 Otros decían: Este es el Cristo. Pero
algunos decían: ¿De Galilea ha de venir el Cristo? 42 ¿No dice la Escritura que
del linaje de David, y de la aldea de Belén, de donde era David, ha de venir el
Cristo?
Pero
algunos no creyeron que Jesucristo fuera el mesías.
Incluso lo
vamos a ver en las propias palabras de Jesucristo
Apocalipsis
22:16 Yo Jesús he
enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy
la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.
El mismo Señor Jesucristo lo dice que él es del
linaje de David.
Pero la
mayoría de los judíos no lo reconocieron como el Mesías.
Incluso lo rechazaron a Él a y los apóstoles.
Sabiendo que de la Isaí, de David, vendría el Salvador, incluso
sabiendo que debía de ser judío como ellos, aún así no creyeron que era el
Mesías.
Quienes lo reconocieron como el Mesías?
Andrés un discípulo:
Juan 1:41
Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al
Mesías (que traducido es, el Cristo).
La mujer samaritana
Juan
4:25-26 Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el
Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las cosas.
26 Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo.
Los gentiles
Juan 9:22
Esto dijeron sus padres, porque tenían miedo de los judíos, por cuanto
los judíos ya habían acordado que si alguno confesase que Jesús era el Mesías,
fuera expulsado de la sinagoga.
Los judíos
no aceptaban a nadie que aceptara o confesar que Jesús era el Mesías.
Volvamos a
la lectura de Romanos 9
Como es
posible que este pueblo escogido, quede excluido de la Salvación?
Esto lo
vemos en el versículo 3, que dice Pablo que sentía gran pesar por sus hermanos
en la sangre. Cuando dice Pablo que él
prefiere apartarse de Cristo es porque el pueblo de Israel, o los judíos habían
rechazado a Cristo, o en otras palabras que el desearía de ser posible, ser
condenado para que ellos sean salvos.
Este amor de Pablo, debe hacer en
nosotros, que nos cause tristeza, cuando no vemos a los que más amamos,
buscando de Dios como nosotros, familiares, amigos, compañeros de trabajo.
Por los cuales debemos orar a Dios por
ellos y nosotros debemos de aprovechar cualquier o todas las oportunidades que
podamos para compartir con ellos este gran pesar al igual que Pablo, porque no
conocen a Jesucristo o no lo buscan de corazón.
No se
cumplirá la promesa?
El mismo
apóstol Pablo, se hizo esta pregunta.
Romanos 9:6-8
No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de
Israel son israelitas, 7 ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos;
sino: En Isaac te será llamada descendencia. 8 Esto es: No los que
son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos
según la promesa son contados como descendientes.
Esta palabra nos indica que la palabra de Dios no ha fallado, siempre
se cumplirá.
Pero nos advierte que si alguien es realmente descendiente de Abraham,
no es que de forma automática recibe la promesa, de forma automática es hijo de
Dios.
No.
Ejemplo:
Como el domingo pasado hablamos de ser Cristiano.
No porque
mi padre fue cristiano yo soy cristiano.
Dice el verso 8 que no son los hijos en la carne los que son hijos de
Dios, sino los que son según la promesa.
Dios es soberano
Si nos dice
en su palabra que se acabaron los holocaustos, eso debemos hacer.
Que porque
lo hacían antes en al antiguo testamento, debemos hacerlo nosotros?
No.
Los judíos siguen sus tradiciones, sus
fiestas, sus reposos tal como si no ha venido el Mesías, ya que aún lo siguen
esperando.
El Templo de Dios
1Reyes 6:1 En el año cuatrocientos ochenta después
que los hijos de Israel salieron de Egipto, el cuarto año del principio del
reino de Salomón sobre Israel, en el mes de Zif, que es el mes segundo, comenzó
él a edificar la casa de Jehová.
Este templo fue destruido por el rey
Nabucodonosor
2Reyes
25:8-9 En el mes quinto, a los siete días del mes, siendo el año diecinueve de
Nabucodonosor rey de Babilonia, vino a Jerusalén Nabuzaradán, capitán de la
guardia, siervo del rey de Babilonia. 9 Y quemó la casa de Jehová, y la casa
del rey, y todas las casas de Jerusalén; y todas las casas de los príncipes
quemó a fuego.
El templo
fue destruido 586 años antes de Cristo.
Fui
reconstruido en el año 516 antes de Cristo
Esdras 3:8
En el año segundo de su venida a la casa de Dios en Jerusalén, en el mes
segundo, comenzaron Zorobabel hijo de Salatiel, Jesúa hijo de Josadac y los
otros sus hermanos, los sacerdotes y los levitas, y todos los que habían venido
de la cautividad a Jerusalén; y pusieron a los levitas de veinte años arriba
para que activasen la obra de la casa de Jehová.
Este templo
no tuvo la magnificencia que tenía el construido por Salomón.
Pero
también fue destruido esta vez por los romanos 70 dC. Solo quedando una parte de los muros que
rodeaban Jerusalén, llamado el muro de los lamentos
Jerusalén fue elegida por Dios para
edificar su Templo
2Crónicas 6:5-6 Desde el día que saqué a mi pueblo de la
tierra de Egipto, ninguna ciudad he elegido de todas las tribus de Israel para
edificar casa donde estuviese mi nombre, ni he escogido varón que fuese
príncipe sobre mi pueblo Israel. 6 Mas a Jerusalén he elegido para que en ella
esté mi nombre, y a David he elegido para que esté sobre mi pueblo Israel.
El lugar donde se encontraba el Templo
que Salomón le edificó a Jehová, (y en el que luego el Templo fuera
reedificado) es exactamente donde los árabes (especialmente palestinos)
edificaron uno de los monumentos religiosos que para ellos tiene más
significado. Para los árabes el Domo o la Mezquita de la Roca es un lugar
sagrado.
¡Ahora
que los Judíos desean construir un nuevo templo, por supuesto los árabes se
oponen!
Jerusalén
fue reconquistada por los israelíes durante la guerra de las dos semanas en
1967.
La
mezquita fue construida en dicho lugar - durante la ocupación árabe de
Jerusalén - ya que ellos pensaron que si su templo (dedicado a Alá y a su
profeta Mahoma ) ocupaba el lugar donde antes se encontraba el templo de los
judíos, lograrían anular la posibilidad de la reconstrucción de otro templo
dedicado al Dios de los judíos.
No hay injusticia en Dios
Romanos
9:14-16 ¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera. 15
Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me
compadeceré del que yo me compadezca. 16 Así que no depende del que quiere, ni
del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.
Dios es soberano y justo, y el tendrá misericordia del que El quiera
no por nuestros méritos o por nuestras obras.
Dios está en control del proceso de salvación, y es libre de ofrecer
perdón a quien El quiera.
Dios es libre de ofrecer el perdón a quien El quiera.
La Biblia nos enseña que El ahora ofrece la salvación a todos, pero lo
hace bajo cierta condición: que nos arrepintamos y confiemos en Jesucristo como
nuestro Señor y Salvador.
Tenemos que aceptar la
salvación bajo las condiciones que Dios pone, porque El no se encuentra
obligado a perdonar a nadie por nuestro puro gusto o deseo.
Dios tiene todo el honor, el poder y la
honra
Romanos
9:20-29 Mas antes, oh hombre, ¿quién
eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó:
¿Por qué me has hecho así? 21
¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un
vaso para honra y otro para deshonra? 22 ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su
ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira
preparados para destrucción, 23 y para hacer notorias las riquezas de su
gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de
antemano para gloria, 24 a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros,
no sólo de los judíos, sino también de los gentiles? 25 Como también en Oseas
dice: Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo, Y a la no amada, amada.
26 Y en el lugar donde se les
dijo: Vosotros no sois pueblo mío, Allí serán llamados hijos del Dios viviente.
27 También Isaías clama tocante a
Israel: Si fuere el número de los hijos de Israel como la arena del mar, tan
sólo el remanente será salvo; 28 porque
el Señor ejecutará su sentencia sobre la tierra en justicia y con prontitud. 29
Y como antes dijo Isaías: Si el Señor de los ejércitos no nos hubiera dejado
descendencia, Como Sodoma habríamos venido a ser, y a Gomorra seríamos
semejantes.
Esta lectura pareciera que Dios creó a la humanidad para destruirla.
Nosotros no somos quienes para juzgar si Dios tiene razón o no. O
quienes somos nosotros para decirle como debe actuar o que hacer.
En otros domingos,
hemos leído que Dios dice que muchos serán los llamados y pocos los elegidos,
en otras hemos leído que los convidados a la fiesta del hijo del rey no
llegaron y el rey ordenó que fueran a los caminos a invitar a los que habían
sido invitados.
Pero aún en las fiestas del hijo del rey,
el rey saca a los que no andaban ropa apropiada para las bodas. Hace 2 domingos cuando compartimos el tema
Atrapados sin salida, mateo 22 leímos hasta el verso 7
Mateo 22:11 Y entró el rey para ver a los convidados, y
vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda. 12 Y le dijo: Amigo, ¿cómo
entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció. 13 Entonces el rey
dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de
afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. 14 Porque muchos son
llamados, y pocos escogidos.
Debemos de andar en senido espiritual, ropa apropiada para asistir a la boda, en otras palabras sin pecado, sin mancha, ni arruga como la Iglesia de Cristo.
Por la fe seremos justificados
Romanos
9:30-33 ¿Qué, pues, diremos? Que los
gentiles, que no iban tras la justicia, han alcanzado la justicia, es decir, la
justicia que es por fe; 31 mas Israel, que iba tras una ley de justicia, no la
alcanzó. 32 ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras
de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo, 33 como está escrito: He
aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída; Y el que creyere en él, no será avergonzado.
La salvación es una gracia de Dios para
nosotros.
No la merecemos.
No hemos nada para ganarla ni podremos hacer
ninguna obra para merecerla.
Dios no nos ha escogido porque seamos
buenos porque hayamos hecho algo bueno en nuestras vidas.
Dios no ofrece la salvación
simplemente por su gracia, de gratis, por fe.
No podemos presumir que la salvación
ya la tenemos como algo merecido.
Dios no nos “debe” la salvación, nos ofrece la
salvación por su bondad por su misericordia, por medio de aceptar a su hijo
Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, y debemos aceptarla en actitud de
agradecimiento con humildad.
Que Dios te bendiga y te guarde.
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