He trabajado en vano

Sientes que has trabajado en vano?

Hay momentos en nuestras vidas cuando estamos pasando por dificultades que hace que pensemos que todo lo que hemos hecho no ha servido para nada, porque no vemos resultados y esto trae desánimo a nuestro entorno.

Muchas veces vemos que otros a nuestro alrededor están viviendo una mejor vida o están siendo bendecidos y algunos  de ellos no viven una vida del agrado de Dios

Estos pensamientos nos hacen tener un mayor vacío espiritual en nuestras vidas y es cuando nos hace falta más oración para estar cerca de Dios

Igual sentimiento tuvo el rey David.

Dice la Biblia
Salmo 73: 2 En cuanto a mí, mis pies estuvieron a punto de tropezar, casi resbalaron mis pasos. 3 Porque tuve envidia de los arrogantes, al ver la prosperidad de los impíos. 4 Porque no hay dolores en su muerte, y su cuerpo es robusto. 5 No sufren penalidades como los mortales, ni son azotados como los demás hombres. 6 Por tanto, el orgullo es su collar; el manto de la violencia los cubre. 7 Los ojos se les saltan de gordura; se desborda su corazón con sus antojos. 8 Se mofan, y con maldad hablan de opresión; hablan desde su encumbrada posición.

Esto nos lleva al punto de casi resbalar nuestros pies de los caminos de Dios.

El rey David quería huir al desierto y morir.

En la Biblia el profeta Elías sintió lo mismo que hasta le pidió la muerte a Dios porque sentía que no fue mejor que sus padres.

1 Reyes 19: 4 El anduvo por el desierto un día de camino, y vino y se sentó bajo un enebro; pidió morirse y dijo: Basta ya, SEÑOR, toma mi vida porque yo no soy mejor que mis padres.

El apóstol Pablo también se sintió que había trabajado en vano

Gálatas 4:11 Temo por vosotros, que quizá en vano he trabajado por vosotros.

Algunos podemos hasta abandonar los caminos de Dios o entrar en la apostasía que está dominando al mundo cada vez más, como está profetizado en la Biblia.

A nivel personal he pasado por momentos que hasta pienso que la vida no me está dando los resultados que había esperado.

Que he gastado mi vida, mis años y en en esos momentos de dificultades, como que nos hace vacilar acerca de las promesas de Dios.

Debemos volver a la palabra de Dios nos consuela, anima y exhorta.

En la Biblia vamos a leer que grandes hombres y mujeres de fe, murieron sin haber visto la promesa de Dios en sus vidas.

En Hebreos 9, menciona a Abel, Enoc, Noé Abraham, Isaac, Jacob, Sara y luego dice:

Hebreos 9: 13 Todos éstos murieron en fe, sin haber recibido las promesas, pero habiéndolas visto y aceptado con gusto desde lejos, confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra.

Dice que murieron “en fe” a pesar de haber recibido las promesas.

Esa es la llave.

Y esto debe sorprendernos.

Porque Abrahám llamado el Padre de la fe, no vio las promesas por las cuales dejó su tierra y su parentela.

Porque no perdió la fe en la palabra de Dios.

No perder la fe, aún a pesar de no ver las promesas de Dios en nuestras vidas.

También podemos leer en las propias palabras de Jesús que también el mismo sufrió y pasó por dificultades y flaquezas.

Hebreos 4: 15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que ha sido tentado en todo como nosotros, pero sin pecado. 16 Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna.

Jesucristo sufrió y padeció y fue tentado en todo como nosotros pero sin pecado.

Por eso el nos conforta y nos consuela y solo agarrados de su mano podremos recibir su misericordia y la gracia de Dios que nos ayude en el oportuno.

Cuando ya no tengamos fuerzas.

El nos va a socorrer.

Alguien puede decir:

Pero si me enfermo? 
Pero si me muero?

Nada es más importante que nos pueda separar de Cristo.

Ya lo hemos leído cuando estamos sanos.

Y sabemos de su importancia.

Pero tiene un mayor significado cuando estamos pasando por pruebas que nos desaniman o por enfermedades que no agobian.

Romanos 8: 38 Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

Así aunque con dificultades debemos recobrar las fuerzas tener fe, y saber de qué nada nos va a separar del amor de Dios.

Aleluya

A Dios sea la gloria


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