Ezequiel 18:29-32 Si aún dijere la casa de Israel: No es recto el camino del Señor; ¿no son rectos mis caminos, casa de Israel? Ciertamente, vuestros caminos no son rectos. 30 Por tanto, yo os juzgaré a cada uno según sus caminos, oh casa de Israel, dice Jehová el Señor. Convertíos, y apartaos de todas vuestras transgresiones, y no os será la iniquidad causa de ruina. 31 Echad de vosotros todas vuestras transgresiones con que habéis pecado, y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué moriréis, casa de Israel? 32 Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis.
Muchas veces en nuestra vida, ya sea que no conozcamos de Dios o cuando andamos en su camino, nos puede afectar algo que se llama conformismo.
En esta lectura el pueblo de Israel, en lugar de arrepentirse y salvarse, decía que los caminos de Dios no son rectos.
En otras palabras estaban sintiéndose resignados con lo que pasara con sus vidas.
Esto es lo que se llama conformismo.
El conformismo
Es la capacidad que tiene una persona de adaptarse a cualquier circunstancia con mucha o excesiva facilidad.
La conformidad viene de Confort, lo que produce comodidad, que es confortable.
El conformista no crece, se estanca, no tiene aspiración.