2 Reyes 20:5-6 Vuelve, y dí a Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que yo te sano; al tercer día subirás a la casa de Jehová. 6 Y añadiré a tus días quince años, y te libraré a ti y a esta ciudad de mano del rey de Asiria; y ampararé esta ciudad por amor a mí mismo, y por amor a David mi siervo.
En esta mañana vamos a leer acerca de como agrada o como hacer enojar a Dios.
Leamos sobre la enfermedad de Ezequías
“He oído tu oración y he visto tus lágrimas”
El rey estaba tan enfermo que Dios le dice: “ordena tu casa”.
Nosotros en Nicaragua diríamos: tener los papeles en orden, el pasaporte o la visa listos, para ir al otro barrio, etc.
Se comprende que era una enfermedad de las que llamamos fulminantes o malignas, porque cuando recibe su sanidad, el podía ir al Templo o a la casa de Dios después de pasados tres días.
Dios va a erradicar la maldad sobre la tierra
1.- La conversión de la maldad
Una de las cosas que agrada a Dios es que las personas que hacen la maldad se conviertan.
Convertirse de la maldad, es dejar de hacer la maldad.
En esta mañana vamos a leer acerca de como agrada o como hacer enojar a Dios.
Leamos sobre la enfermedad de Ezequías
2Reyes 20:1-4 En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás. 2 Entonces él volvió su rostro a la pared, y oró a Jehová y dijo: 3 Te ruego, oh Jehová, te ruego que hagas memoria de que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho las cosas que te agradan. Y lloró Ezequías con gran lloro. 4 Y antes que Isaías saliese hasta la mitad del patio, vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo:
“He oído tu oración y he visto tus lágrimas”
El rey estaba tan enfermo que Dios le dice: “ordena tu casa”.
Nosotros en Nicaragua diríamos: tener los papeles en orden, el pasaporte o la visa listos, para ir al otro barrio, etc.
Se comprende que era una enfermedad de las que llamamos fulminantes o malignas, porque cuando recibe su sanidad, el podía ir al Templo o a la casa de Dios después de pasados tres días.
Dios va a erradicar la maldad sobre la tierra
Jeremías 18:7-10 En un instante hablaré contra pueblos y contra reinos, para arrancar, y derribar, y destruir. 8 Pero si esos pueblos se convirtieren de su maldad contra la cual hablé, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerles, 9 y en un instante hablaré de la gente y del reino, para edificar y para plantar. 10 Pero si hiciere lo malo delante de mis ojos, no oyendo mi voz, me arrepentiré del bien que había determinado hacerle.
Una de las cosas que agrada a Dios es que las personas que hacen la maldad se conviertan.
Convertirse de la maldad, es dejar de hacer la maldad.