Romanos 12:2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Esta mañana vamos a reflexionar sobra la voluntad de Dios.
Muchos nos sabemos de memoria de cómo es la voluntad de Dios:
Dice esta lectura que es buena, agradable y perfecta.
Pero como convencernos de esto cuando estamos pasando por una prueba o por una tribulación?
Dice que vamos a padecer si la voluntad de Dios así lo quiere.
Cuando los creyentes recibimos una buena noticia, como un nuevo salario, nos aceptan en un trabajo, recibir la visa o permiso laboral, recibir una herencia, o algo parecido, nos trae alegría y gozo a nuestros cuerpos y hasta brincamos de felicidad.
Y vemos muy clara la lectura que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta.
Pero cuando nuestra fe es puesta a prueba, como nos cortan la luz, cuando perdemos el trabajo, no tenemos que comer, empezamos a enfermarnos y cuesta curarnos, nos cancelan el permiso de trabajo, o peor aún, se nos enferma o fallece un familiar, en esos momentos la fe se nos tambalea, dudamos de la palabra de Dios, perdemos los estribos.
Y ya no vemos muy claro que la voluntad de Dios sea buena, agradable y perfecta.
Esta mañana vamos a reflexionar sobra la voluntad de Dios.
Muchos nos sabemos de memoria de cómo es la voluntad de Dios:
Dice esta lectura que es buena, agradable y perfecta.
Pero como convencernos de esto cuando estamos pasando por una prueba o por una tribulación?
1Pedro 3:17 Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal.
Cuando los creyentes recibimos una buena noticia, como un nuevo salario, nos aceptan en un trabajo, recibir la visa o permiso laboral, recibir una herencia, o algo parecido, nos trae alegría y gozo a nuestros cuerpos y hasta brincamos de felicidad.
Y vemos muy clara la lectura que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta.
Pero cuando nuestra fe es puesta a prueba, como nos cortan la luz, cuando perdemos el trabajo, no tenemos que comer, empezamos a enfermarnos y cuesta curarnos, nos cancelan el permiso de trabajo, o peor aún, se nos enferma o fallece un familiar, en esos momentos la fe se nos tambalea, dudamos de la palabra de Dios, perdemos los estribos.
Y ya no vemos muy claro que la voluntad de Dios sea buena, agradable y perfecta.